CAMINO DE SANTIAGO 2018
Sábado, 12 de Mayo de 2018
Caldas - Santiago (34 kms)

Desayunamos en la misma cafetería donde Primi comió ayer.

Nada más comenzar la etapa, desembocamos en la capilla de San Roque, patrón de Caldas de Reis, cuyas fiestas se celebran a mediados de agosto.

La etapa transcurre por el entorno rural gallego donde al pasar vemos varias iglesias junto a ancestrales cruceiros, alguno en mejor estado de conservación que otros.



Capilla de San Roque, patrón de Caldas


Vemos también algunos bares con máquinas de venta automática donde se ven reunidos algunos peregrinos.



Bar de venta automática


Aquí comienza un apacible tramo rural con la presencia cercana del río Bermaña. Tras varias casas del pequeño núcleo de Lavandeira (Km 1,5), que dejamos a la derecha, el trayecto sigue en inapreciable ascenso aguardando algunas rampas más molestas que conducen finalmente hasta la parroquia de Carracedo, donde hay un par de restaurantes, panadería y farmacia. Cruzamos la carretera y subimos hasta la iglesia de Santa Mariña, epicentro de la parroquia de Carracedo y situada en el lugar de O Campo.

Santa Mariña de Carracedo, barroca, del siglo XVIII


Pasamos las pequeñas poblaciones de Casal de Erixio y O Pino por densos bosques junto a molinos de agua. Al Concello de Caldas le suceden los de Valga, con el sorprendente monte Albor, y el de Pontecesures, donde la provincia de Pontevedra se despide para recibir a la de A Coruña.

Tras el puente parece que ya estamos en el mismo Padrón pero no es así, aún restan más de 2 kilómetros hasta el albergue.



Cruceiro de San Lázaro, en Pontecesures


Por Puente Padrón llegamos hasta el río Sar, el mismo por el que desembarcaron los discípulos de Santiago con los restos del Apóstol en el año 42 o 44 de nuestra era. Una larga recta paralela a este río lleva hasta el mercado de Abastos y el paseo del Espolón de Padrón, donde nos recibe el monumento al Nobel de Literatura Camilo José Cela.



Camilo José Cela, Padrón


En el otro extremo del Paseo se encuentra la estatua en homenaje a la escritora Rosalía de Castro ante la iglesia de Santiago. Del templo románico sólo queda una piedra. La iglesia actual es de mediados del XIX y sustituyó a su vez a otra de estilo gótico. Debajo del altar mayor se encuentra el pedrón, ara romana de piedra que sirvió para amarrar la barca donde llegaron los restos de Santiago y que dio nombre a esta localidad.



Rosalía de Castro, Padrón


Giramos junto a la iglesia para cruzar el río por el Puente del Carmen y, como es buena hora para comer, nos sentamos en un bar al pie de la escalinata, desde donde podemos ver el Convento, la Fuente del Carmen y el albergue público de peregrinos.

Al fondo el Convento del Carmen, Padrón


La fuente, consta de tres cuerpos. En el del medio se representa la traslación de los restos del Apóstol. Se aprecia una barca atada a una piedra, con una cruz en el centro y una vieira de peregrino a la izquierda. En el cuerpo superior el bautismo de la Reina Lupa -cuenta la tradición que la reina Lupa mandó a Teodoro y Atanasio, discípulos del Apóstol, al Monte Sagrado en busca de unos bueyes para poder transportar su cuerpo. Ella sabía que en dicho monte no había bueyes, sino bravos toros, que esperaba acabaran con los dos discípulos. Pero éstos, no sólo no murieron, sino que bajaron de dicho monte con dos "mansos bueyes". Este hecho propició el bautismo de la Reina Lupa.

En el interior de la fuente, se encuentra una imagen de la Virgen de los Dolores.

Aunque no íbamos a pernoctar en el albergue, sí subimos a sellar la credencial, lo que nos costó unos cuantos escalones.



Fuente del Carmen, Padrón


Teníamos intención de llegar hoy a Santiago pero la comida se estaba alargando así que Primi, dado que estaba haciendo un camino con bastante fuerza y ánimo, optó por continuar andando, en principio sin meta fija, sin embargo yo, bastante cansado, decido tomar un autobús para irme a Santiago. Así que decidimos separarnos. Mientras yo me voy por un lado, después de preguntar por la Estación de Autobuses, Primi se marcha por Iria Flavia, donde está enterrado Camilo José Cela.

En poco tiempo llego a la Estación donde tomo un autobús que me lleva directamente a Santiago. Ya en la ciudad bajo caminando el largo trecho hasta el centro donde me dedico a buscar una pensión para los dos. Primi me había pasado un teléfono de una mujer, Mercedes, que se dedica a proporcionar alojamiento a los peregrinos. Después de algunas llamadas, doy con ella que curiosamente se encuentra muy cerca de donde yo estoy, y me dice que está difícil, pero que tiene una habitación muy cerca y, si me gusta, puedo contar con ella. Me lleva a un restaurante, Casa Tita, repleta de peregrinos, y subimos a un cuarto piso, sin ascensor. Dada la escased de alojamientos me quedo con la habitación y. una vez instalado, me bajo a dar una vuelta hacia la Plaza del Obradoiro.



La Catedral de Santiago, aún en obras


Mientras tanto, Primi entra en Iria Flavia y se detiene a admirar la Colegiata de Santa María de Adina, donde en el cementerio anexo está enterrado Camilo José Cela.



Colegiata de Santa María de Adina


Adelantando a algunos peregrinos que se encuentra, llega a Esclavitude, donde para en un bar-restaurante a tomar un refrigerio y pronto continúa pues sabe que le queda poco para el albergue de Teo, donde tenía intención de parar.



Santuario de A Esclavitude


Poco tiempo después, llegando al concello de Faramello, se encuentra con un albergue privado que parece ser han abierto en 2017. "La calabaza del peregino". El nombre le hace gracia pues él lleva siempre una pequeña calabaza en su mochila, con lo que se pide un café mientras ve llegar a otros peregrinos con cuentagotas. Algunos se alojarían allí mientras otros continuan hasta Teo, albergue muy cercano.



Albergue "La calabaza del peregrino"


Le sorprende ver que algunos de los peregrinos vuelven sobre sus pasos a este albergue pues el de Teo está completo. Corre hacia la hospitalera, con la que había cogido cierta confianza y al comentarle sobre la posibilidad de alojarse allí le contesta que si había reservado plaza. Su cara era un poema, pues yo le había dicho que era difícil encontrar alojamiento en Santiago y aún le quedaban unos 16 kms.

La hospitalera le dice que no se preocupe que tendrá litera. Le dice que se tome una caña tranquilo. La cosa es que le toca esperar una hora sin tener el alojamiento. Mientras espera, aprovecha para enseñarle la calabaza que lleva y la dice que con ella va haciendo propaganda de su albergue.

Tras una buena ducha y un poco de litera, baja al jardín trasero a mirar la etapa que haría al dia siguiente. En ello está cuando se acerca una señora alemana (Ulla) con la excusa de pedir fuego, se sienta allí con él y se están departiendo un buen rato, tanto que ella le invitó a un ribeiro. Entre risas, hablar de la familia y anécdotas del camino se les pasa el tiempo. Cuando notan que va refrescando en el jardín determinan seguir con el vino en el interior donde ya estaban cenando parte de los peregrinos allí albergados. También tuvo la oportunidad de conocer a otra chica que al decir que era de Sudáfrica llamó la atención de esta señora por ser de tez blanca. Primi comentó que hacía unos días habíamos conocido a otra persona de aquel país pero de piel negra.

Tras desearse todos un Buen Camino se fueron retirando a sus literas respectivas.



Con Ulla, peregrina alemana


Por mi parte, después de hablar con Primi por teléfono, saber que no va a venir hoy a Santiago, y quedar para ir mañana a Muxía, ceno unas tapas en Casa Tita y me subo al cuarto piso a ver el partido de futbol de la liga española. Finalizado el partido y sin ganas de bajar de nuevo tantas escaleras, me meto en la cama.