CAMINO DE SANTIAGO 2018
Viernes, 11 de Mayo de 2018
Pontevedra - Caldas de Reis (21 kms)

Desayunamos en una cafetería frente al albergue donde encontramos un grupo muy numeroso de peregrinos de Canarias. Después de desearnos un buen Camino, nos ponemos en marcha.

Frente al albergue


El día está nublado, aunque no llueve. Cruzamos la ciudad siguiendo las flechas que nos llevan de nuevo a la iglesia de la Virgen del Peregrino, donde ya estuvimos ayer. Desde aquí debemos ir en busca del puente do Burgo, en el otro extremo del casco antiguo. Avanzamos por veredas de bosque y carreteras con algunas subidas y bajadas. Se ven muchos peregrinos. Pasamos por las marismas de Alba, donde se ven los famosos humedales; pasamos por dos veces bajo las vías del tren; vemos alguna maquina expendedora de bebidas; el cruceiro de Amonisa que mira a Compostela, para que no se pierdan los peregrinos; hay bastante vides sobre postes o pilares de piedra.



Cruceiro de Amonisa


Como casi siempre, me he vuelto a quedar rezagado. Después de dos horas y media de caminar en solitario encuentro a Primi que me está esperando en un bar cafetería, O Furancho de Barosa, donde se ha parado a descansar. Hay bastantes peregrinos allí.



O Furancho de Barosa


Este es un curioso local donde para servirte el vino te lleva el dueño a una habitación llena de toneles y barricas; para comer te lleva a otra con una mesa llena de todo tipo de surtidos donde puedes elegir lo que quieres; Primi había cogido un trozo de empanada gallega y un ribeiro y, después de sellar, se había sentado a esperarme.



Altar con aperos de labranza, hórreo, etc.


Primi se ha vuelto a adelantar acompañado por dos peregrinas italianas y tras perderlas de vista se para de nuevo en San Amaro, en el Mesón Pulpo, donde unos años antes habia un cartel con la inscripcion "una tortuga conoce mejor el camino que una liebre". Poco después me uno a su mesa donde tomamos unas nuevas cañas.

Mientras, aparece el grupo de jinetes, la mayor parte de ellos de Bilbao y alrededores y un catalán, que acompañan a una pareja de mujeres canadienses con las que apenas conversan dado su poco conocimiento del inglés. Nos comentan sobre las fincas y pazos donde los han llevado, incluyendo cena con un Conde. Seguramente la empresa contratante era de la zona, no como aquella de años atrás que era murciana.

A partir de San Amaro se suceden pistas cementadas y corredoiras hasta el hermoso núcleo de Tibo que da acceso a Caldas de Reis. Cabe destacar en este trecho la Iglesia de San Martiño de Agudelo, en Barro.



San Martiño de Agudelo, Barro


Primi vuelve a coger la delantera acompañado por una peregrina alemana, aprovechando así para practicar su inglés, que pensaba alojarse en el albergue-balneario de Caldas, mientras yo me quedo rezagado bajo la lluvia. Hemos sacado los paraguas y puesto la funda a la mochila pues llueve bastante.



Río Umia


Primi entra en Caldas de Reis, población considerada jardín y balneario de Galicia, está atravesada por el río Umia, que se caracteriza por su riqueza piscícola. A su derecha ve el O'Muiño, típica taberna donde, aparte de comer bien, tiene una terraza a la vera del rio impresionante.



Caldas de Reis


Cuando llega al Albergue de Peregrinos La Posada de Doña Urraca, solamente queda una litera libre y la ocupa, pues a mi, pensando que tardaría un buen rato, me reserva otra en un privado que hay en un piso encima del albergue en una habitación con cuatro literas. Apenas deja la mochila se va a comer algo en un bar frente al albergue, donde solo hay una peregrina comiendo, sentándose a su mesa con su permiso. Se llama Anastacia, brasileña, que hablaba perfectamente el español y el inglés. Al comentarla que prefería hablar en ingles para practicar, así lo hacen, echando mano del castellano cuando se enredaban con alguna palabra. Todavía le dio tiempo a ducharse antes de llegar yo.



Santo Tomé de Canterbury


Cuando por fin llego al albergue, ocupo una litera baja en el piso de arriba. El resto están vacías. Me ducho y bajo a comentarle a Primi lo bien que está el privado. Sin pensárselo dos veces me dice que va a pagar la pequeña diferencia y a subirse a mi habitación a la otra litera baja. Mientras hace las gestiones me voy a dar una vuelta por el pueblo.



En el O'Muiño


Llueve bastante por lo que me siento en una terraza con toldo frente a la iglesia de Santo Tomé de Canterbury mientras espero a Primi. Cuando llega, tomamos unos chatos y nos vamos al O'Muiño a cenar una ración de mejillones picantes con el vinillo correpondiente.



En el O'Muiño


Después damos otra pequeña vuelta y, como continúa lloviendo bastante, nos vamos al albergue a dormir.



Mejillones picantes, en el O'Muiño


Cuando llego a la habitación veo que las dos literas de arriba están ocupadas. Primi, que tiene ganas de charlar, se sienta en el salón del albergue escuchando a dos personas que están dialogando en inglés, pues dice que le viene fenomenal para los exámenes que tendría que hacer dentro de poco. Parece que el hombre era de Sudáfrica y ella de Austria. Cuando se va la chica a dormir aún estuvo un largo rato hablando con el hombre. Cada vez hablaban más fuerte, sin darse cuenta que molestaban. Así que me levanté para decirles que hablaran más bajo. Acto seguido se fueron a dormir.