Hoy cruzaremos a España y, dado que el barco no sale hasta las 9, pues no tenemos mucha prisa, así que de alguna manera nos deseamos buen viaje entre algunos peregrinos que van hacia Valencia do Miño para pasar por Tui y los poquitos (en el albergue municipal quizás solo nosotros 2) que íbamos a coger el ferry para cruzar el Miño e ir por la costa. Así, mientras desayunamos, observamos cuántos peregrinos se dirigen hacia el ferry y cuántos no.

Aún tomamos otro café en la cafetería del mini-puerto donde estaba anclado el Ferry. Apenas 18 personas. No obstante, nos encontramos con las 2 peregrinas venezolanas con sus bicicletas y también con aquel compañero brasileño que aparecía y desaparecía donde menos lo sospechabas. En este caso iba a despedir a alguno de sus conocidos porque él parece que se marchaba hacia Valencia do Miño.

Apenas tardamos 15 minutos en pasar el río, pero habían transcurrido 1 hora y cuarto, pues salimos de Portugal a las 9 y cuando pisamos tierra patria eran las 10:15.

Una vez en tierra, nos despedimos de la pareja de venezolanas, a quienes ya no volveríamos a ver, y nos pusimos en marcha por la montaña hacia A Guarda rodeando el monte Santa Tecla, al que no llegamos a subir. Adelantamos a un grupo de italianos que venía en el Ferry y fue la última vez que vimos a los compañeros del barco, excepto a una mujer alemana que nos tomó alguna foto y que veríamos en Santiago unos 10 dias después, mas o menos, y a la mujer canadiense a la que preguntamos el día anterior por el albergue de Caminha y que luego nos encontraríamos camino de Porto Mogas.

Mientras cruzamos A Guarda Primi contacta con la peregrina canadiense que, sin mochila, caminaba por nuestra ruta. Después sabríamos que se llama Carolyn y que es policía canadiense. Seguimos con ella por la costa hacia la zona de O Rosal, lugar que ya conocíamos del Camino que habíamos realizado en 2014. O Rosal es una de las subzonas de la Denominación de Origen Rías Baixas, donde elaboran uno de los caldos a partir de uvas de las variedades de Albariño famosos en el mundo entero.

Mientras continuamos por la costa Primi, como tantas otras veces, se va adelantando hasta que llega a una pequeña subida donde ve un letrero de "bar" que resultó ser un pequeño chiringuito, aún por reformar y sin apenas sitio para dos mesas, en las que había un matrimonio descansando. Primi se sienta a esperarnos. Cuando llega Carolyn la invita a tomar algo, a lo que ella acepta. Diez minutos después me uno a ellos. En el descanso, tomamos unas cervezas a la vez que charlamos con la señora del bar, a quien pedimos que nos haga un par de fotos.

Tras una parada técnica de media hora retomamos los tres el Camino con intención de llegar a Oia a comer algo. Seguimos durante algunos kilómetros hasta llegar a la ermita de San Sebastián, ya en Oia.

En unos metros entramos en el barrio O Arrabal, con casas de piedra y algunos bares y restaurantes; pasamos ante el cruceiro de la Centinela, del año 1764.

Nos detenemos en el Restaurante Casa Henriqueta con intención de tomar una cerveza y ver si podemos comer algo. En una mesa en la puerta tomaban una cerveza Jeanette y Sara, la primera, peregrina alemana, y la segunda, hospitalera de un albergue privado en O Serrallo llamado "Camino portugués", con quienes Primi entabló conversación.

Investigamos el asunto de la comida y decidimos comer allí. Carolyn se apuntó a comer con nosotros. Subimos a una acogedora terraza externa y nos sentamos a una mesa. La carta tiene buenos productos típicos de la zona así como buenos vinos tintos y sobre todo, vinos blancos de excelente calidad.

Tras la comida nos despedimos de la peregrina alemana a quien acompañaba ahora un peregrino aragonés y bajamos la rampa que nos acerca al Monasterio de Santa María de Oia. Fundado a mediados del siglo XII, fue incorporado a la orden del Císter en 1185, y presenta elementos románicos, renacentistas y barrocos. El edificio está hoy en manos privadas y sólo se puede visitar la iglesia, en horario de misas o bien solicitando la llave en el bar-estanco que está a unos 80 metros.

Este acogedor lugar conserva una tradición ancestral en Galicia, los conocidos "Curros" o "Rapa das Bestas", que consiste en reunir en un recinto denominado "curro" a los caballos salvajes para proceder a cortarles las crines. Las diferentes celebraciones de los "curros" se inauguran en el mes de mayo.

Dejamos atrás el Monasterio y nos dirigimos hacia O Serrallo donde, bajo un fuerte calor, entramos a visitar a Sara en el albergue "Camino portugués", donde ella es hospitalera.

Quieres conocer el albergue de Sara? Haz click aquí

Sara nos enseña el albergue, es nuevo y está fenomenal. Nos despedimos, y continuamos hacia Porto Mougás. Paramos en el albergue "El Aguncheiro" donde Carolyn tenía ya reservada una habitación. Primi y yo decidimos quedarnos allí por lo que nada más llegar pedimos unas literas para nosotros. No hay problema pues en el albergue sólo hay un matrimonio cuya mujer caminaba muy despacio pues sufría algún tipo de dolor en el tobillo y necesitaba constatemente apoyarse en el marido, y, además, una pareja de holandesas, madre e hija.

Nada más dejar las mochilas en nuestras literas, sin siquiera ducharnos, Carolyn viene a buscarnos pues quiere invitarnos a unas cervezas correspondiendo así a nuestra invitación por su comida en Oia. Salimos y nos sentamos en una mesa del bar en la calle donde nos tomamos las cervezas mientras charlamos con ella.

Aparece Jeanette, la peregrina alemana que vimos en Oia, y se suma a la tertulia con nosotros. También se nos unen la madre y la hija, peregrinas holandesas.

Comentamos que al día siguiente queremos llegar hasta Vigo, a lo que Carolyn parece que quiere apuntarse aunque tiene el inconveniente de su maleta, pues debería enviarla a su próximo alojamiento y no sabe cuál sería. Después de unos chatos más, sin haber decidido lo que haría Carolyn, el grupo acabó retirándose a sus respectivas literas a descansar.