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Miércoles, 16 de Mayo de 2007
Etapa 7: DE LOGROÑO A NÁJERA

A las cinco de la mañana, he bajado con cuidado de mi alta litera y he salido sin hacer ruido al servicio. Ya algunos peregrinos abandonaban el albergue, entre ellos Rodri. Me comenta que va a comenzar la etapa pues no puede dormir. Después regreso a mi litera y me duermo profundamente de nuevo. 

Cuando Primi se ha levantado, no quedaban peregrinos en su habitación. Ha venido a buscarnos a la nuestra y nos ha encontrado a todos durmiendo. Cansado de esperar, se ha marchado con intención de buscar un sitio donde desayunar. 

Iglesias en Logroño

Después de desayunar en una cafetería en la que Primi ya nos esperaba, abandonamos la ciudad divididos en pequeños grupos que poco a poco se irían fragmentando aún más. 

El lago

El camino es llano y el tiempo fresco y muy agradable. Camino solo mientras atravieso el precioso parque de La Grajera donde algunos pescadores se entretienen en el lago. 

Señales del Camino

Mientras van quedando atrás los extensos viñedos adelanto a Sophie y Primi que, entretenidos con sus cursos de inglés y español, caminan despistados en círculo dando vueltas a un mismo punto del parque. Primi después comentaría lo difícil que es explicar y, sobre todo, entender para un extranjero, las complicadas combinaciones de los verbos españoles "ser" y "estar", ...  Después de saludarles y escuchar durante un rato su divertida conversación me adelanto perdiéndoles pronto de vista.

Ángel y Chema van adelantados, aunque ahora puedo distinguirlos en la lejanía. Acelero el paso con intención de alcanzarles. Muchos peregrinos van quedando atrás pues caminan más despacio. Dejo también atrás a Tyler, que anda entretenido tomando buenas fotos.   

Restos del antiguo Hospital de San Juan de Acre

Ya en Navarrete, después de doce kilómetros sin efectuar ninguna parada, les encuentro descansando en una cafetería. 

Navarrete

Muchos peregrinos se detienen a descansar. Sentados en una mesa de la terraza, mientras tomamos unas cervezas, vemos llegar a Kashusi, con su flamante sombrero japonés. Trae la nariz quemada y muy hinchada, seguramente debido al sol de justicia que hemos sufrido y soportado a lo largo de toda la mañana.  

Con Kashusi, nuestro amigo "el japo"

Le pregunto si puedo hacerme una foto con su sombrero y él, muy amable y divertido, se quita su espectacular camisa japonesa y me la pone junto con el sombrero. 

Paco y Kashusi

Le invitamos a una caña mientras hace lo propio con Paco que acaba de llegar y quiere también una foto para el recuerdo. 

Kashusi nos enseña en su espectacular móvil un documento grabado donde puede leerse la procedencia de su familia y sus antepasados: una isla del Japón donde curiosamente también se efectuan peregrinaciones. Aunque, muy interesados, intentamos que nos explique el tema con más profundidad, no somos capaces de comprenderle.   

Anne Sophie, con los apuntes de español de Primi

Mientras tanto ha llegado Beni, que nos ofrece alguno de sus ricos productos comestibles con los que se provee cada día para caminar, y, poco después, Sophie y Primi, que continúan con sus lecciones. Sophie va anotando en su flamante cuaderno frases en español que Primi, paciente, le explica mientras practican la pronunciación. 

En el mercadillo

Después de un largo descanso retomamos el camino de nuevo. Antes de abandonar definitivamente el pueblo atravesamos un pequeño mercadillo principalmente de legumbres y frutas. Llaman la atención grandes cantidades de espectaculares espárragos, que sorprenden por su tamaño.  

Kashusi, meditando

Dejamos atrás a Kashusi, con sus meditaciones, y a otros muchos peregrinos mientras nos acercamos a Ventosa, último pueblo antes de Nájera. 

Hormiguero

La llegada a Ventosa se hace interminable. Largas cuestas rodean el pueblo a través de varias urbanizaciones en construcción mientras el calor del sol nos hace sudar.  

Hacia Ventosa

Hemos caminado otros doce largos kilómetros otra vez sin detenernos y nuestras fuerzas van mermadas por el esfuerzo y el calor. 

Ventosa

Chema y Ángel, adelantados, paran en un bar en el pueblecito de Ventosa a comer algo mientras nosotros nos acercamos poco a poco con intención de descansar un rato. Unas buenas cervezas pronto nos reponen fuerzas para continuar el camino. Paco se nos une, poco después.

Ángel y Chema, reponiendo fuerzas

Mientras Chema y Paco se quedan un rato más, Ángel, Primi y yo emprendemos la marcha hacia Nájera. Nos faltan unos cinco kilómetros para finalizar la etapa. Continuamos admirando los extensos viñedos que nos acompañan.  

Bodegas Vallformosa

Pasamos sin detenernos por un edificio de bodegas riojanas. Chema, en cambio, se detiene poco después interesado en ver las Bodegas Vallformosa.

La bodeguera

La bodega, bien cuidada, invita a reflexionar sobre la multitud de viñedos que hemos visto en la zona. Infinidad de cubas guardan en silencio el preciado líquido que, después, en su día, será disfrutado por muchas personas. 

Chema en la bodega

En su visita, Chema compra una botella de un buen vino riojano que después disfrutaríamos esa misma noche en Najera durante el partido de futbol. 

Exposición de productos

 

Bodegas Vallformosa

Camino de Nájera, saludamos y adelantamos a Kasushi que, sin detenerse en Ventosa, nos había dejado atrás. 

Poesía en un muro

Ángel se queda algo rezagado contemplando la poesía que sobre peregrinos han escrito en un muro. Un poco más adelantados, mientras Primi y yo caminamos, nos sorprende Kashusi que con cara de pánico corre hacia nosotros con dos pedruscos en sus manos enguantadas gritando asustado: ¡¡¡ Perros, no !!! ¡¡¡ Perros, no !!!.

Muy divertidos nos acercamos a dos perrillos que vienen tranquilos tras él, meneando el rabo sin hacerle ningún caso, y les acariciamos. Aunque intentamos tranquilizar "al japo", Kashusi se ha parapetado, temeroso, detrás de dos peregrinas que descansan sentadas en unas piedras. Ángel se acerca caminando hacia nosotros sonriente y Kashusi se agarra a su brazo con sus guantes negros totalmente blancos del polvo de las piedras y camina despacio junto a él hasta dejar atrás un nuevo perro, esta vez mucho más grande y temible. Kasushi después nos explicaría que tiene pavor a los perros.  

Pasado el peligro Kasushi se va retrasando de nuevo mientras nosotros caminamos a buen paso hacia Nájera. Poco después vemos unos letreros junto al camino que anuncian "adiestramiento de perros" y, muy divertidos, imaginamos el susto que se llevará Kasushi cuando pase por allí.

Tyler

Cruzamos el puente sobre el río Yalde y entramos en la bonita población de Nájera, capital de Navarra hasta el año 1.076.

Muchos peregrinos esperan en la puerta del albergue alguna alternativa pues se encuentra a tope y no hay más plazas. El hospitalero no habla idiomas y los peregrinos, en su mayor parte extranjeros, no saben cómo ni dónde pueden pasar la noche.

Hago de intérprete para Diana y Miriam. Después también para Tyler. Aunque no hay plazas pueden ducharse en el albergue y dormir en el polideportivo adjunto que abrirán sobre las ocho de la tarde sobre unas colchonetas. Beni y Rodri han logrado litera y se quedan en el albergue.

Mientras tanto Ángel ha hecho las gestiones oportunas para buscarnos un hostal que le ha recomendado el hospitalero. Tenemos intención de ver la final de la Copa de la UEFA entre el Español y el Sevilla y el polideportivo cierra sus puertas a las diez de la noche.

Volvemos sobre nuestros pasos buscando el hostal y de nuevo nos encontramos con Kashusi que se dirige al albergue. Cuando le informamos que ya no quedan plazas libres él vuelve a agarrarse del brazo de Ángel y mientras camina junto a él nos grita: ¡¡¡ Yo Angel !!! ¡¡¡ Yo Ángel !!!. Muy divertidos nos le llevamos con nosotros comentando: ¡¡¡ Primi, esta noche te toca dormir con el japo !!!.   

Claustro de Santa María La Real

Nos acoplamos en el hostal en un apartamento con dos habitaciones, una con tres camas y otra con dos. A Kasushi le hemos colocado en una de las literas algo más económicas del piso superior. Mientras nos preparamos para ir a comer llega Chema, que no nos acompaña, pues anda desganado, seguramente por haber ya comido. Paco aún tardará en llegar. 

Ángel, Primi y yo comemos en un agradable restaurante y volvemos al hostal a ducharnos y descansar. Paco acaba de llegar y se ha acoplado en la cama supletoria con Ángel y Chema. 

Ángel cambiándose la camiseta mojada

Una vez descansados, salimos a pasear por el bonito pueblo. Nos encontramos con Sophie y Tyler que nos retan a echar un futbolín. Al no encontrar ninguno nos acercamos a una plaza y nos sentamos en una terraza.

Tyler, recordando que Ángel le había empapado en una fuente un par de días antes,  me propone con disimulo mojar a Ángel y, sin dudarlo, nos separamos de la terraza con una copa de cerveza vacía en la mano. Tyler la llena en una fuente cercana y, decidido, se la echa completa a Ángel por la cabeza. Muy divertidos vemos cómo Ángel se quita la camisa y se dirige al hostal a cambiarla por otra.

Cuando regresa trae algo envuelto en la mano y nos pensamos que es alguna botella de agua por lo que hacemos intención de salir corriendo. Era la botella de vino que había comprado Chema en la bodega y que poco después nos beberíamos durante la cena. 

En Nájera con Sophie

Poco después Sophie y Tyler se retiran al albergue mientras nosotros volvemos al restaurante donde hemos comido con intención de cenar y ver el partido.

Peregrinas alemanas y Chema

Mientras vemos al Sevilla ganar la Copa, Chema practica su inglés  entablando conversación con unas alemanas que cenaban en una mesa cercana. Finalizado el partido y la cena entramos en el bar "El Pichu" con intención de tomar una copa.

Ajedrez

Atrae nuestra atención una partida de ajedrez  que Javier y Marino están disputando muy interesados. Juego algunas disputadas partidas contra Javier en lo que tomo mi cerveza y poco después regresamos al hostal a dormir.