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Sábado, 12 de Mayo de 2007
Etapa 3: DE VILLABA A PUENTE LA REINA


Puente de la Magdalena

Después de desayunar en el hostal comenzamos la  etapa bajo un sol espléndido. Dejamos atrás el pueblecito de Burlada y pronto nos encontramos en el entorno de la ciudad de Pamplona.

Primi y Michel

Cruzamos el puente de la Magdalena, de estilo románico, y accedemos  a Pamplona por la Puerta de Francia.

Puerta de Francia

Un joven peregrino se nos acerca con un plano en la mano y nos pregunta por el Camino. Atravesamos juntos la Puerta de Francia y camina con nosotros por la ciudad. Se llama Rodrigo, es mejicano, y acaba de comenzar su camino en solitario.

Detalle de la Catedral de Pamplona

Mientras algunos se detienen en el interior de la Catedral, Primi y yo nos adelantamos buscando un cajero automático. Beni y Rodri han continuado caminando y deben ir bastante adelantados.

Chema y Luís

Las calles de la ciudad se encuentran muy concurridas. Muchos peregrinos caminan despacio tomando fotos y admirando los preciosos edificios, algunos de ellos del siglo XV, hoy perfectamente restaurados.

Calle de Pamplona

Sin detenernos, cruzamos un céntrico parque, bien cuidado, donde puede verse a mucha gente correr, caminar, pasear o descansar a la sombra, según sus preferencias.

Globo en el parque

Poco después abandonamos la ciudad y caminamos despacio pensando en cómo sería la subida al Alto del Perdón. El sol pega fuerte y la subida será agotadora.

Comienza la subida

Decidimos hacer una breve parada en Cizur Menor para tomar unas cervezas y, de paso, aprovisionarnos de agua antes de la subida al Alto del Perdón. Aunque el bar se encuentra a medio kilómetro fuera de nuestro camino y después tendremos que desandarlo, pensamos que merece la pena.   

Trigos y centenos 

El campo nos ofrece impresionantes extensiones de sembrados de trigo y centeno, grandes esparragueras, alcachofas y otros productos que definen la riqueza de la zona.

El grupo de nuevo se va fragmentando. Primi y yo nos vamos quedando rezagados y caminamos junto a una peregrina francesa con la que entablamos una conversación algo difícil en inglés, francés y español. Se llama Kathrina y viene caminando sola desde Saint Jean Pied de Port. 

Zariquiegui

Nos detenemos un minuto para refescarnos en una fuente en Zariquiegui y continuamos el camino. Ahora podemos divisar ya los molinos eólicos que pueblan el Alto del Perdón.

Energía eólica

Poco antes de llegar a la cima encontramos a Beni descansando en una fuente en la ladera del camino. Rodri ha continuado y debe marchar muy por delante. Ella, aunque va más despacio, camina bien. Llenamos nuestros botellines de agua y continuamos la subida, ahora los cuatro juntos. 

Vista de Pamplona

Mientras tanto, Ángel, Chema y Luís ya nos esperan en el Alto. Paco creo que viene por detrás. Va tomando notas en su libreta y se retrasa constantemente.   

El Alto del Perdón

Hace un aire agradable que nos refresca e invita a descansar. Un grupo de jóvenes seminaristas que han subido delante de nosotros esperan inquietos sus bocadillos que les trae una furgoneta.

Beni y Primi

Junto con Katy y Primi, descanso unos minutos mientras comemos un trozo de bocadillo que nos ofrece Katy.  El resto del grupo ha comenzado ya el difícil descenso. 

Primi

El descenso se hace difícil por la gran cantidad de piedras sueltas que forman el camino. El grupo de chiquillos seminaristas desciende a gran velocidad sin miedo a torcerse algún tobillo. Nosotros bajamos despacio con cuidado.

Katy y Michel, junto a La Virgen

Junto a una estatua de La Virgen encontramos descansando a dos peregrinas alemanas a quienes saludamos. Son Diana y Miriam y parece que van a quedarse en el próximo pueblo, Uterga. Vienen desde Roncesvalles y piensan finalizar el Camino en Burgos. Después de un cigarrillo nos despedimos y continuamos la marcha.  

"El japo" y Chema

Mientras tanto, ya en Uterga, Ángel, Chema y Luís se han detenido con intención de comer. Conocen a Yasuki, auténtico japonés con el que es difícil comunicarse y a quien han venido observando haciendo extraños ejercicios de concentración en algunos tramos del camino.

"El japo" y Ángel

El japonés es simpático y divertido y pronto le piden el típico sombrero para hacerse una foto.

Sofía, Jenifer, Tailor, etc. 

Durante la comida también entablan conversación con un grupo de peregrinos de diversas partes del mundo que han comenzado el Camino en solitario y se han ido conociendo a lo largo de las distintas etapas. Sofía joven danesa a quien pronto bautizamos con el sobrenombre de "princesa" en honor al nacimiento de la nuestra; Jenifer joven norteamericana procedente de Miami; Tailor procedente de California; y algunos más cuyo nombre no recuerdo.

Comida en Uterga

Por nuestra parte, cuando llegamos al restaurante algunos platos se han terminado aunque afortunadamente conseguimos comer un excelente menú del peregrino.   

Katy liando un cigarrillo con tabaco picado

Finalizada la comida y una vez despedidos de Katy, pues se queda en el albergue y seguramente no volveríamos a vernos, continuamos el camino hacia Puente la Reina.  

Óbanos, ciudad señorial

Cuando el grupo de Ángel llega a Óbanos les llama la atención un grupo de chiquillas que están llenando globos de agua en una fuente cercana a la Iglesia para después tirárselos entre ellas intentando mojarse.

Mojando a Ángel

Luís, muy divertido, incita a las niñas a mojar con los globos a los peregrinos cosa que ellas no dudan ni un momento mientras él se dedica a tomar fotos. Ángel tiene que salir corriendo mientras Chema aguanta sentado mientras una niña le moja con el globo.

Mojando a Chema

Nuestro amigo, "el japo", se acerca curioso y con intención de llenar su botella de agua.

Se acerca "el japo"

Las niñas, decididas, le ponen perido de agua. El japonés sale disparado con el móvil chorreando agua.  

Le ponen perdido

Ajenos a todo esto, Paco, Primi y yo continuamos caminando agotados por el sol y sin agua hacia Óbanos.

Cerca de Óbanos

Continúan las grandes extensiones de sembrados. Vemos infinidad de almendros silvestres con el fruto aún agrio, inmaduro. He probado uno y llevo en la boca un sabor agrio difícil de quitar.  

Los almendros

Por fín en el pueblo Paco se detiene con un hombre que anda regando con una manguera y le pide agua. El hombre, sin dudarlo, entra en la casa y aparece con un par de jarras de agua con cubitos de hielo. Bebemos cuanto podemos y llenamos nuestras botellas. Muy agradecidos continuamos nuestro camino.

Esperando por el agua

Aunque aún nos faltan tres kilómetros para llegar a Puente la Reina ahora caminamos más rápido pues Ángel nos ha vuelto a llamar para decirnos que quedan pocas plazas en el albergue.

ObanosHostal La Posada (Roncesvalles)

Por fín en el albergue, efectivamente ya no quedan literas. El hospitalero nos propone dormir en colchonetas tendidas en el suelo y nosotros aceptamos.

Ángel en la puerta del albergue

Después de una agradable ducha salimos del albergue con intención de tomar algo por el pueblo hasta la hora de cenar. Mientras, Primi se ha quedado lavando algunas camisetas.

Sophie, Jenifer y Taylor se nos unen en la terraza con intención de cenar con nosotros. Durante la cena podemos escuchar el partido de futbol en el que el Real Madrid consigue vencer al Español mientras Chema, haciendo gala de un fluido inglés,  enseña y explica nuestro GPS a nuestros amigos extranjeros.  

Cena en Puente la Reina

Finalizada la cena regresamos al albergue pues, como es costumbre por esta zona, cierran a las diez.

La hospitalera, Mercedes, americana con procedencia de Almería, que después resultaría también peregrina, nos comenta que no hay problema en volver después de las diez por lo que, contentos, algunos decidimos salir a tomar un elixir. 

Sentados en la terraza comentamos las incidencias del día en una noche muy agradable. Poco después regresamos al albergue y encontramos la puerta cerrada. Después de unos minutos nos abre Mercedes que debía estar pendiente de nuestra vuelta.

No he dormido mal en la colchoneta aunque ya a las cinco de la mañana una mujer buscando sus bastones, desaparecidos, nos ha despertado a todos.