Salgo a caminar a las 06:45 de la mañana. Aún no ha terminado de amanecer. Poco después de comenzar la etapa, se cruza
el río Coura, para continuar por una pista que asciende remontando el río
con suavidad para llegar al Santuario de Sáo Bento da Porta Aberta, situado en un alto que separa la cuenca del Coura de la
del Minho, en un importante nudo de carreteras. El santuario, dedicado a San Benito, es un edificio del siglo XVII al que
suben los vecinos cada 11 de julio en una de las romerías más multitudinarias de la comarca del Minho.
Ponte romano-medieval de Rubiaes
Cuando llego a Sáo Bento, sello mis credenciales en el Snack Bar Castro, tomo una cerveza, y continúo el Camino.
En unos 3 ó 4 km. llego a Fontoura, donde hay una señora en la puerta de una casa que llama a todos los peregrinos para
preguntarles que de dónde vienen, sellar la credencial, darles una rama seca y un plano de la Freguesía; nos cuenta que
es argentina, perteneciente a alguna asociación y que están haciendo un recuento de peregrinos que pasan por allí.
Cumplido el trámite hago una pequeña parada en un bar. Sentado en la terraza veo que se acerca Luís que ha dejado a Ángel
algo más atrás. No quiere detenerse así que continúa su Camino. Yo, lleno la botella de agua en la fuente de enfrente y
me voy tras él. Las nubes ya predominan totalmente y de hecho nos cae alguna gota por lo que paro a poner la funda de
la mochila. Al poco rato cae un chaparrón de unos 5 o 10 minutos y, por el momento, ahí queda todo.
Sáo Bento da Porta Aberta
Pasado Pedreira me encuentro a Jenni sentada en la hierba a la derecha del Camino dando galletas a un perrillo. También
nos extraña ver comer así galletas a un perrillo. Me invita a
sentarme a su lado. Dejo en el suelo mi mochila y me siento. Charlamos un rato mientras vemos pasar a otros peregrinos. Al
poco tiempo llega Ángel. Nos levantamos y continuamos caminando los tres ya hasta Valença do Minho. Llegamos a las 12:00
horas y subimos a la Fortaleza. Allí encontramos a Luís sentado en una terraza con los peregrinos catalanes que en ese momento se marchan. Nos
sentamos los tres con Luís a tomar algo.
Valença do Minho
Valença do Minho es la ciudad amurallada más interesante del norte portugués, una reliquia de las fortificaciones militares
del siglo XVII que conserva intacta la ciudad antigua intramuros y todas las murallas de la ciudadela.
El tiempo se ha oscurecido y unos grandes nubarrones negros amenazan con lluvia. Poco después cae un chaparrón
impresionante durante unos 20 minutos.
Resguardados bajo los toldos de la terraza aguantamos un poco. Primi nos llama para saber dónde estamos. Al no dejar de
llover decidimos entrar al restaurante y comer algo. Para comer probamos la francesinha, que nos habían ofrecido varias
veces y no se había presentado la ocasión. Consiste en una especie de viena a la plancha con jamón serrano y queso
fundido; estaba bastante buena.
En el restaurante Cafe Cantinho
A Primi sí le ha pillado el chaparrón de lleno. Mientras llega empapado, acompañado por Tessa, aprovecho para comprar
un paraguas.
Tienda con paraguas
Mientras comemos ha dejado de llover. Tessa y Primi se sientan en la terraza, ahora al sol.
Llegada de Primi
Tessa
Abandonamos la fortificada ciudadela descendiendo por el Baluarte do Socorro, por unos preciosos pasadizos, hasta llegar
a la antigua aduana y al acceso al puente internacional sobre el río Minho/Miño. Son en torno a las 15:00 horas.
Abandonamos la ciudadela
Puente internacional y antigua aduana
Vistas del Puente internacional y de Tui
Ángel en el Puente Internacional
Río Minho/Miño
Poco tiempo después cruzarían la frontera Primi y Tessa, que vienen detrás practicando su inglés.
Primi
Caminamos por las preciosas calles de Tui, ciudad amurallada y de intensa vida fronteriza dada su vecindad con el reino
portugués.
El albergue Municipal cierra a las 21:30, por lo que nos hemos ido en busca de uno privado bastante céntrico,
"Abergue El Camino", pero está completo; desde allí llamamos al Albergue privado San Clemente, que tambien está
completo; a su vez nos han encaminado al Hostal San Telmo, en la carretera general, ya en las afueras del pueblo,
a 30 euros la habitación. No hubo mas remedio y allí, acompañados por Jenni y Tessa, contratamos tres habitaciones.
Después de ducharnos y prepararnos, los cuatro peregrinos salimos a dar una vuelta por la ciudad. Visitamos la
impresionante Catedral de Tui y nos sentamos en una terraza, pues tenemos intención de ver el partido de Alemania
contra Ghana. Hemos quedado con las dos alemanas que se acercarán a ver el partido con nosotros.
Catedral de Tui
Catedral de Tui: detalle del pórtico
Nos hemos sentado en la terraza del Café Museu, muy cerca de la Catedral, en espera de que comience el partido. Los
peregrinos catalanes, Mireia y Juande, se sientan un rato con nosotros. Poco después se nos unen Jenni y Tessa. Cuando
comienza el partido nos metemos dentro del Café para comer algo mientras lo vemos.
Hay mucha expectación por parte de los alemanes y holandeses viendo el partido. Los alemanes necesitan empatar. Aconsejo a nuestras amigas que vayan a rezar a la
estatua del Arzobispo Lago Gonzalez, muy cerca de allí. En bromas, mientras voy al servicio, les digo que voy a pedir
al Arzobispo el empate y curiosamente, antes de regresar, escucho que han marcado los alemanes. Bueno, al menos han
empatado.
Arzobispo Lago Gonzalez
Alemania empata con Ghana(2 a 2)
Finalizado el partido Jenni nos muestra, en la puerta del restaurante, sus habilidades de balet clásico dándonos
algunas lecciones y consejos sobre
posturas y formas de saltar. Nos reímos un montón. Poco después regresamos al hostal donde, después de una pequeña
charla en la puerta, nos subimos a dormir.
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