Hacer el camino de Santiago es,
ante todo, un acontecimiento festivo, es decir alegre y gozoso, como habrá
podido comprobar el que haya leído, en esta web, mis narraciones anteriores,
las de Michel y las del resto de mis
compañeros peregrinos. Pese a ello, de vez en cuando surgen contratiempos. Dos anécdotas
que nos ocurrieron en la víspera y durante la última noche de nuestro peregrinaje,
respectivamente, me dan pie a dedicar mi artículo del 2008 a las tribulaciones - penalidades que a veces
toca padecer - del peregrino. Son esos pocos momentos no tan agradables que
ocurren a lo largo de la marcha pero que,
recordados luego con perspectiva, producen, incluso en la misma medida que los
buenos, hilaridad o regocijo. Con el poco o mucho humor de que soy capaz, aquí
va mi crónica del Camino 2008.
Picaresca en el Camino
Los pícaros, o
listillos que viven del engaño o acciones parecidas, han existido siempre aunque su
forma de actuar se adapta a los tiempos que corren; el Camino de
Santiago ofrece oportunidades amplias para que los pícaros puedan ejercer su actividad. Voy
a contar tres ejemplos de picardía que hemos sufrido en nuestro peregrinaje de este
año.
El primero consiste en el hurto de
dinero u otras pertenencias de los peregrinos cuando estos no se percatan de
ello; así, durante la última noche de nuestro peregrinaje, mientras ellos
roncaban a pulmón sacao, les fue sustraído dinero de sus respectivas billeteras,
depositadas en los bolsillos de sus chalecos al alcance de cualquiera, a los
peregrinos Angel y Paco,
por un importe total de unos 475 euros; el hecho fue oportunamente denunciado
por si la hábil benemérita puede trincar al caco autor del hurto. Esta
experiencia me obliga a recomendar a los peregrinos que, mientras pernoctan en
albergues, sitúen sus objetos de valor en lugar suficientemente seguro.
Paco delante
del albergue de Hospital de Órbigo, donde le fue limpiada la cartera durante la
noche del 16 de mayo.
El segundo consiste en el timo de
toda la vida: me ocurrió el primer día del peregrinaje, cuando el taxista que
nos condujo hasta Atapuerca, me devolvió diez euros de menos en el cambio de
los cincuenta que le entregué; a pesar de la evidencia de la falta del billete,
no hubo modo de apearle del burro en cinco minutos de discusión y claro no era
cuestión de empezar el camino liándose a mamporros con un taxista, aunque bien
merecido se lo tenía el conchesumadre, que diría un sudamericano castizo; claro
que asistiendo a la discusión cinco peregrinos, de algunos detalles nos
percatamos, como de que el interfecto tenía una edad de entorno a los 60 años,
el taxi era un Volswagen Passat blanco, y su matrícula pertenecía a la serie CRW;
mientras
hacía los primeros kilómetros rebobiné mentalmente la situación y ví con
clarividencia como el pícaro aprovechó para despistarme el hecho de que mi
compañero de taxi, el peregrino Luis, me entregaba al mismo tiempo el 50% del
coste, y, entonces, lamenté vivamente no haberle roto el parabrisas de un
cantazo o, al menos, pinchado una rueda de su instrumento de trabajo.
El tercero es el más sutil y se
practica por algunos hosteleros del camino cobrando precios no proporcionados
al servicio ofrecido: por ejemplo, si una habitación doble cuesta cincuenta
euros, le añaden dos camas supletorias, y así caben cuatro peregrinos que se
encuentran como sardinas en lata – apuro les da a los pobres levantarse por la
noche para hacer sus necesidades por no despertar al compañero -, y el precio
pasa a costar los cien euros; regla de tres pura y simple, que parece que es la
única operación matemática que aprendieron estos bribones en la escuela, mecagüen
la leche; ejemplos de esta mala práctica los encontramos, entre otros, en los
siguientes establecimientos:
- Hotel - restaurante - cafetería Campus Tavern en C/ Las
Infantas, 2.- Burgos ( para más inri, la mampara de la ducha de la habitación
que me tocó estaba rota por lo que al
salir de la ducha entrabas en la piscina ).
- Hostal Santiago, en Carrión de los Condes
- algunos albergues privados - que no mencionaré - con
una concentración excesiva de camas en una sola habitación.
(acabo de ponerle tarea a la Consejería de Turismo de la
Junta de Castilla y León para que corrija estos hechos anómalos).
Aunque es de justicia reconocer
que, afortunadamente, también hay ejemplos de lo contrario, es decir
alojamientos excelentes y modernos a precios muy moderados, como:
- Albergue Los Templarios, en la localidad palentina de
Terradillos
- Albergue San Pelayo en Puente de Villarente, provincia
de León
o dignos, bien situados y a
precio ajustado como el Hostal Guzmán,
en León capital.
Los peligros del camino
Algunos tramos
del camino encierran peligro para la integridad física del caminante y el que no
me lo crea, que vaya a Puente de Villarente por la carretera N-601
dejando atrás Mansilla de las Mulas, y cruce el puente sobre el río Porma - es paso
obligado para los peregrinos - que da acceso al pueblo, andando por su estrecha acera
sin protección alguna. Verá como le hacen tambalearse los camiones de gran
tonelaje que pasan a toda pastilla a pesar de que proceden de zona urbana con
limitaciones
de velocidad. Yo, que no creía en ellos, pienso que sólo a un milagro del Santo
puede deberse el que no haya habido nunca accidentes con peregrinos, como luego
me confirmó Julio, el propietario del albergue San Pelayo donde nos hospedamos.
O si no ¿ por que carajo un
montón de camiones procedentes - en dirección contraria a los que amenazan al peregrino
- de Mansilla de las mulas, que deben afrontar una curva más cerrada, se han
tragado el muro de protección y precipitado al río, ocasionando muertos entres
sus ocupantes, según me informaron fuentes de toda solvencia, es decir nuestro
amigo Máximo ?. El caso es que la autoridad competente ha intentado minimizar el
peligro ampliando la anchura de esa parte de la calzada mediante el añadido de una
estructura de hormigón que, a este bonito puente de piedra de veinte ojos, le
cae como a una zorra los perdigones. Parece ser que también se intentó en el pasado
la fórmula de de desviar la circulación por un variante, pero contó con la
oposición cerrada de los propietarios de las fincas afectadas dedicadas a la
producción de lúpulo, que dicho sea de paso, y para mayor cachondeo, lleva
montón de años sin cultivarse.
Vista parcial
del puente de Villarente en la que se aprecia la estructura de hormigón añadida
al antiguo puente de piedra; los peregrinos acceden al pueblo por la acera
contraria.
Otro punto de peligro,
aunque menor a mi juicio, se encuentra en las proximidades de León donde el
peregrino debe cruzar una autovía de circunvalación – afortunadamente sin tener que
hacer salto de altura para superar la mediana, lo que ya sería el colmo-.
Claro que puestos
a encontrar peligros, de cualquier sitio pueden venir como el de la noche en
que pernoctamos en la pequeña localidad de Hontanas ( provincia de Burgos ) cuando
el peregrino Paco, que da en la cama más vueltas que una peonza sobre una baldosa
de mármol pulimentado, derribó el
quitamiedos de madera que protegía su litera cayendo al suelo con gran estruendo
y posándose en el borde de la mía - a escasos centímetro de mi cabeza-, que estaba debajo,
con la única consecuencia, afortunadamente, de despertar a los diez peregrinos
que dormíamos en la habitación.
Por último, también la mala
suerte acarrea peligros como le sucedió al peregrino Primi que, en la víspera
de iniciar el camino, tras disfrutar
de la victoria del Madrid sobre el Barcelona en una cafetería de Burgos,
decidió celebrarlo de alguna manera misteriosa con la consecuencia sabida de que resbaló en la mojada
calzada camino del hotel, dando tal chingoleta que, en su aterrizaje, se
produjo la dislocación del hombro y una leve fractura de la cabeza del
húmero. Afortunadamente, algo parecido al éxtasis -
con suspensión temporal de las funciones corporales - provocado
sin
duda por el deseo irrefrenable de iniciar el camino, hizo que no
se
percatara de la gravedad de los estragos originados por la caída
hasta que no se despertó al día siguiente y contempló el
desaguisado
en su brazo ante el espejo;
acompañado por Michel terminó la cura en el Hospital General de
Burgos cuando el resto de los peregrinos ya habíamos dado cuenta de
más de la mitad de la etapa desde Atapuerca. Si algún lector de
estas líneas no se cree esta historia, puedo enviarle copia del
informe facultativo correspondiente y del parte de retorno a Segovia
al día siguiente en transporte privado.
Desde luego al año que viene me
pienso quejar oficialmente al Santo porque no hay derecho de que a un peregrino
como Primi le fastidien la ilusión de todo un año de esta manera tan peregrina.
Overbooking
La palabra overbooking ( en
español, sobreventa ) se usa, si hablamos de hostelería, cuando un
establecimiento hotelero ha rebasado sus límites de ocupación y tiene un exceso
de clientela que no puede albergar; esto es, ni más ni menos, a lo que hemos
asistido en el camino 2008.
El gran número de caminantes se traducía
en que el encontrar plaza en un albergue público era sencillamente misión
imposible, si no te levantabas a las cinco de la mañana y llegabas al
siguiente destino antes del mediodía. Dado que nuestro grupo no esta dispuesto
a incurrir en semejante degradación, todos los días tuvimos que dormir en
hostales o albergues privados, reservados previamente por teléfono por la mañana
o por la noche del día anterior.
La gran mayoría de los peregrinos
eran extranjeros y, dentro de estos, los de nacionalidad alemana representaban
el mayor porcentaje. El colmo de la aglomeración de teutones lo encontré en
León, en cuya Catedral se celebró una misa de peregrinos – en alemán por
supuesto – concelebrada por un montón de oficiantes, con coro de cantores de
unos 25 integrantes y un número de asistentes que Máximo y yo estimamos entre los
200
y 300. Al día siguiente iba yo preguntando a todo peregrino
sospechoso de tal nacionalidad que me encontraba, hasta que topé con
una peregrina perteneciente al grupo en cuestión, la cual me informó
de que procedían de Stuttgart y que habían viajado hasta León en autobuses,
para iniciar la peregrinación desde allí. No he encontrado referencias al evento
en los diarios locales pero cualquiera que quiera verificarlo puede sin duda
hacerlo en la sacristía de la catedral de León.
Sobre la causa del inusitado
interés germánico por el camino, ya nos informó la peregrina
Clara,
española residente en Munich, de que un tal Hape Kerkeling, humorista muy
popular en Alemania, había escrito un libro titulado “Me voy de camino.
Mi Viaje en el Camino de Santiago", que ha sido
un auténtico best seller; mi hija Marta, que también reside en Alemania, me
ha ayudado a encontrar en Internet ( http://www.jakobsweg-coaching.de/literatur/index.htm
) y traducido la siguiente reseña del libro:
No es broma: Hape Kerkeling, el showman de
televisión más polifacético de Alemania, camina hacia la tumba del santo
Santiago: 600 kilómetros a través de
Francia, y España hasta Santiago de Compostela, y vive la excepcional
intensidad de una Peregrinación. Es una
mañana de junio soleada, cuando Hape Kerkeling, reconocido vago y teleadicto,
vence finalmente al holgazán que lleva dentro y se pone de camino en
St.-Jean-Pied-de-Port. Tiene por delante seis semanas, él solo, con su mochila
de 11 kilos: sobre las cumbres nevadas de los Pirineos, a través del Pais
Vasco, Navarra y La Rioja hasta la tumba del santo Santiago, desde hace mil años
meta de creyentes del mundo entero. Con encanto, humor y mirada hacia las cosas
especiales, Kerkeling descubre las regiones desconocidas, conoce a las gentes
locales, así como a modernos peregrinos
y sus costumbres. Experimenta la soledad y la tranquilidad. Agotamiento
y duda, pero
también ganas de ayudar, amistad y recompensas y una cercanía particular a
Dios. En su libro sobre el valor de la peregrinación, el apreciado cómico
muestra cómo es él también: aventurero, abierto al mundo, meditativo.
Escucho opiniones divididas, pero
mayoritariamente positivas, no ha sido en vano que ha vendido 2,5 millones de
ejemplares…
(el peregrino
conocedor del camino observará algunas incorrecciones en esta reseña, que
espero correspondan al crítico y no al autor del libro).
Sin duda el amigo Hape, cuyo
libro va a ser traducido próximamente al español, vivió experiencias interesantes
pero estoy seguro de que las mejores se las perdió pues no ha conocido al Grupo
de Peregrinos Segovianos.
También me ha informado Marta de
que la Cadena privada de Televisión ProSieben, de bastante audiencia, emitió
un programa denominado “La gran
peregrinación de famosos” ("Das grosse Promi-Pilgern"
que consistió en una especie de reality show en el que cinco famosos, o mejor dicho
famosotes - presentadora de TV, profesor de baile, profesor de yudo, ganadora de concurso
de TV y ganador de concurso de humor - hicieron
el camino a Santiago de Compostela; fue una serie de sólo 4 capítulos, el
último de los cuales se emitió el 4 de noviembre, cuando llegaron a Santiago (
si algún lector sabe alemán puede obtener más información sobre esta
peregrinación en http://www.prosieben.de/lifestyle_magazine/promipilgern
)
Tras estos antecedentes
no me extraña que los alemanes se lancen como borregos a peregrinar por el
camino de Santiago y ocasionen colapsos que, a este paso, van a
plantear problemas logísticos de envergadura, para cuya solución no va a haber más
remedio que adoptar medidas drásticas como por ejemplo - la idea no es mía sino de
la peregrina catalana Montse, sobre la que luego diré más cosas - el cobro de una
tasa de 300 euros a todo peregrino guiri que quiera hacer el camino. Esto
tendría el doble efecto positivo de reducir la aglomeración de caminantes y
facilitar la financiación de obras de mejora en el camino, como por ejemplo una
pasarela para peatones en Puente de Villarente, otra sobre la autovía que hay
que cruzar en León, o mejorar la señalización de camino que en algunos casos consiste
en marcas que te creerías que las han
hecho lagartos que hubieran soltado con las patas mojadas en tinta amarilla,
oye, de lo cutres que parecen; digo yo que a estas alturas del siglo XXI las
flechitas podrían ofrecer una aspecto más curioso
El humorista
alemán Hape Kerkeling con el libro sobre el Camino del que es autor entre sus
manos.
Un poco de historia: San Facundo y San Primitivo
Yo ya tenia noticias de que los restos de San
Primitivo se encontraban en la ciudad de Sahagún y, preguntando en el
albergue, me informaron de que, efectivamente, en la Iglesia de San Juan de Sahagún
se encontraba la urna que
contenía sus restos, así que me dirigí al citado templo con el fin de
fotografiarla y dedicarle la imagen a nuestro compañero accidentado Primi, lo
que no conseguí porque la iglesia se encontraba cerrada.
Para que le sirva de consuelo
de sus penalidades, no me resisto a contar aquí la historia del martirio del
santo patrón de nuestro compañero, según la versión obtenida de Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Facundo_y_Primitivo_m%C3%A1rtires
):
Los datos sobre el martirio de los hermanos
Facundo y Primitivo son confusos ya que según El Breviario de Sahagún los
hechos sucedieron durante el reinado de Marco Aurelio entre los años 161 y 180, cuando
Ático era cónsul en España. Sin embargo un pergamino del siglo XI sitúa el
martirio en el siglo III siendo cónsules en España Atico y Pretextato.
Sea como fuere, las leyendas
sobre su martirio concuerdan en que la historia aconteció de manera que al
llegar un día el cónsul Ático a la guarnición romana de Cea, mandó publicar un edicto por el cual todos los
moradores de aquellas comarcas deberían ofrecer sacrificio a un famoso ídolo
romano. Al negarse los dos hermanos diciendo que profesaban la religión de Jesucristo
fueron encarcelados. La Historia del Real Monasterio de Sahagún,
compuesta por el monje Romualdo de Escalona en el s. XVIII, resume así el
martirio:
...persistiendo firmes los dos jóvenes en la
confesión de su fe, Ático multiplicó en ellos las más crueles torturas, desde
el horno encendido al que fueron arrojados, hasta hacerles beber una pócima
mortal que aquellos apuraron sin que les hiciera daño alguno, lo que motivó la
conversión del sofista acusador. Siguiéronse los tormentos del potro, las uñas
de hierro con que les arrancaron los nervios, de aceite hirviendo con que
fueron rociados sus cuerpos, y las teas encendidas que luego les aplicaron. Más
tarde se les vaciaron los ojos de sus órbitas, se les colgó de un hastial muy
alto, cabeza abajo, del que se les bajó cuando creyó ya muertos; pero el pasmo
de las circunstantes rayó casi en la asonada [...] cuando la muchedumbre les vio
indemnes y curados, mientras uno de la multitud exclamó estar viendo a dos
seres divinos que traían por los aires sendas palmas y coronas para Facundo y
Primitivo. Oído lo cual, ordenó Ático que les fueran cortadas las cabezas, para
impedir la proclamada coronación, brotando al punto de los cuellos mutilados
sangre y agua, signo claro de que a Dios eran aceptos, tanto su martirio,
cuanto la ofrenda casta de su fe. Acto seguido [...] los sagrados restos fueron
arrojados al río Cea.
Esto supuestamente sucedió el 27
de noviembre cerca del año 304. Sus cuerpos fueron arrojados al río y
encontrados donde fueron enterrados y en el lugar en que más tarde habrían de
edificarse el monasterio y villa de Sahagún.
Vamos, que el golpecito de
Primitivo fue una minucia al lado de las putaditas que le hicieron los malditos
romanos a su santo patrón; pena que los ángeles custodios, con el arreglo que
le hicieron a éste, no tuvieran a bien hacer lo propio con el hombro a Primi,
con lo fácil que resultaba.
Iglesia de
San Juan de Sahagún, donde se guarda la urna con los restos de San Facundo y
San Primitivo.
Otos pequeños misterios, penalidades y decepciones del camino
1.
Desde Hontanas hasta Frómista afrontábamos una etapa de 34,6
kilómetros ;
el grupo de peregrinos se dividió en dos en Castrojeriz, a 9,7
kilómetros de
la salida, optando el primero por hacer cuatro kilómetro más - o sea 38,6 - por
carretera a cambio de evitar los barros del camino y una cuesta a la salida del
pueblo que te dejaba herniado solo con mirarla. El segundo grupo compuesto por
Angel, Luis y el que suscribe, optó
por el camino más corto; toda la etapa transcurrió bajo una lluvia
incesante, aunque afortunadamente sin viento lo que me permitió utilizar sin problemas
mi desvarillado paraguas. Llegamos a Frómista cansados, hambrientos, sedientos - nos
saltamos involuntariamente el avituallamiento de Boadilla del Camino - embarrados hasta
los corvejones y con ampollas en los pies. Aproximadamente una hora después, ya
duchados y con traje de paseo, nos reconfortábamos con unos vinos y quesos
excelentes, cuando vimos aparecer a los componentes del primer grupo, con
caras frescas y alegres, bajos de los pantalones sólo moderadamente manchados y
con ganas de marcha infinitas. Para haberse hecho cuatro kilómetros más no esta
mal la ayuda del santo.
2.
Para reparar las averías causadas
en los pies por esta dura etapa el peregrino Angel se masajea los pies con un
gel térmico relajante; al parecer, sin darse cuenta, se frotó los ojos, seguramente
para quitarse alguna pella de barro residual de la etapa, antes de lavarse las
manos; los pies no sé si se le aliviarían pero al día siguiente tenía el ojo
derecho como las brótolas, que parecía que le hubiera picado un alacrán. Tuvo
que gastarse en el lavado todo el suero que llevábamos en el botiquín y
comprarse un colirio en una farmacia de Carrión que afortunadamente subsanó
completamente el problema en poco más de dos días.
3.
El peregrino Luis Barrio, de profesión cajahorrero y de afición pescador, había obtenido
una licencia de pesca que, por el módico precio de 10,25 euros le permitía
pescar hasta seis truchas de longitud mínima de
22 centímetros cada
una en el coto de pesca denominado Marne del río Porma a su paso por Puente de
Villarente. Todos, pero especialmente Luis, esperábamos con ansiedad la llegada
de ese día: el peregrino pescador por el entusiasmo que produce la aventura y
el ansia de desplegar la caña extensible guardada con esmero durante tantos días
en su mochila y el resto por el banquete elaborado a base de producto autóctono
que nos esperaba al final de
la jornada. A las ocho treinta de la mañana, acompañado del
peregrino Fernando, que no resistió la tentación de acompañarle, tomaba un taxi
que les conduciría desde el Burgo Ranero al coto de Pesca; cinco minutos
después sonaba el claxon del taxi que me saludaba al adelantarme, mientras yo seguía
avanzando por el camino que había emprendido tres cuartos de hora antes, a
ritmo de crucero, para terminar cuanto antes los
24,7 kilómetros que
me separaba del lugar del coto, con la esperanza de presenciar alguna captura,
vivir la emoción del evento e inmortalizarlo con algunas fotos.
Cuando llegué, a las 12,45,
llamé al pescador por teléfono y me informó de que el río era precioso y a
ratos difícil y desafiante – un reto para el buen aficionado -, que habían pasado
una excelente mañana, que había mogollón de truchas, pero que éstas eran listas
a rabiar y que a cada cucharilla que les lanzaban, respondían asomando la
cabeza, dando un corte de mangas y deshuevándose de la risa, lo que les estaba dejando
desmoralizados - solo dos truchas, por exceso de osadía en sus cuchufletas, picaron el anzuelo -, razón por la cual habían
decidido terminar la actividad y dirigirse al albergue para ducharse e ir a
comer; ante tal panorama me instalé en el albergue, me duché y me senté a
esperarlos lamentando la ausencia de fotos del evento y la pérdida del banquete
a base de sopa de trucha que nos habíamos prometido para la noche.
Licencia de
pesca a favor de Luis en el coto Marne para el día 14 de mayo.
4.
Cómo no me va a producir cierta
grima y desazón el sufrimiento que deben
padecer algunos leoneses – afortunadamente parece que no son muchos – por su
falta de libertad. Porque si no sufren de este mal, de qué otra manera se
explica esas pintadas continuas - sobre todo en la zona del camino entre El
Burgo Ranero y el Puente de Villarente - en muros, paredes, tapias o bancos,
que rezan así y te llegan al alma, oye: “Pais lliones llibre”, “Lleón llibre”, “Léon
solo”. Llamándome la atención tanta
elle, pedí a Máximo, un pozo de conocimientos sin fondo, que me
informara del idioma o dialecto en que se expresan estos oprimidos del camino y
resulta que se trata del bable asturiano o pachuelo leonés, restos dialectales
del antiguo idioma leonés - fagocitado por el castellano -, uno de los cinco
idiomas en que, allá por el siglo XIV, derivó el latín en la península ibérica (si
algún leonéshablante no está de acuerdo con esta versión, retiro lo dicho y
aquí paz y después gloria).Yo les recomendaría
a estas personas que se dieran una vueltecita por el Barrio Húmedo de
León y dedicaran un buen rato a disfrutar de las extraordinarias tapas que allí
te sirven y de los vinos de reserva Bierzo que, por cierto, están alcanzando
una calidad excelente.
Prana Healing e hipocondría
La
peregrina Montse, que caminaba junto a la peregrina Esther
- catalanas de Figueras ambas - es adicta a la terapia pránica. Busco a través de Google (http://www.terapiapranica.com ) y
encuentro que la misma se basa en
la utilización del prana o energía vital que mantiene al cuerpo humano
vivo, fortaleciéndolo y permitiéndole desarrollar todas sus actividades; la terapia
pránica es una técnica natural altamente efectiva que permite utilizar el prana
para facilitar los procesos de recuperación y desarrollo del ser humano y
equilibrar condiciones de índole física, emocional o mental. A través de las manos y
la aplicación de técnicas como la limpieza y la energización, se ayuda
a balancear, alinear y revitalizar el sistema de energía humano, pudiendo
ser utilizada para ayudar a otros o para la terapia de uno mismo.
De la efectividad de esta terapia, que yo no
conocía, puedo dar fe pues el día 12 de mayo llegó al albergue de Terradillos
un peregrino ciclista hecho unos auténticos zorros, que yo lo vi, dispuesto a
descansar un poco esa noche y marcharse a casa al día siguiente; tuvo la suerte
de encontrarse con Montse y, no se qué clase de apaño le haría, que al amanecer
del día siguiente salió escopetado, como si le hubieran puesto un cohete de
fallas en el sieso, para hacer la
siguiente etapa.
Pero a lo que yo iba es a que esta peregrina
catalana creyó adivinarme, tras la excelente comida de peregrinos que tuvimos en León, un supuesto problema en el vientre, no sé
si alto, medio o bajo. Tardo de reflejos, como me pasó con el taxista de Burgos,
y dado que no tengo nada de hipocondríaco, no le presté importancia en
el momento, pero luego me dio por rumiarlo - cuando ya ella había partido aquélla
misma tarde hacia Barcelona - y decidí que nada más volver a Segovia iría a ver
a Jaime, nuestro médico de empresa, para que me ordenase unos análisis clínicos
exhaustivos.
Pasados unos días, me informa el galeno del
positivo resultado de los mismos y yo, feliz, concluyo esta crónica pensando
que al año que viene estaré
en condiciones de volver a caminar si me apetece. Si por un casual Montse - empresaria,
políglota, enigmática, karmática, pránica y un poco bruja - leyera estas notas,
mucho le agradecería que me informara del mal que en aquel momento creyó
adivinar que me aquejaba.
Montse
(izquierda) y Esther junto a Angel, Luis Martín y Michel
Segovia, mayo de 2008
José Mª Gonzalo
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