ESCAPADAS



Página Principal

Inicio

Crónicas I

Crónicas II

Atapuerca
Burgos
Hontanas
Boadilla del Camino
Carrión de los Condes
Terradillos
Bercianos del Real
Mansilla de las Mulas
León
Hospital de Órbigo
Astorga

GPS 2008 en PDF


macardiel@terra.es



CAMINO DE SANTIAGO 2008
De Atapuerca (Burgos) a Astorga (León) 
Reportaje

 

 

 

Las tribulaciones del peregrino

 

 

José María
Mayo 2008


Hacer el camino de Santiago es, ante todo, un acontecimiento festivo, es decir alegre y gozoso, como habrá podido comprobar el que haya leído, en esta web, mis narraciones anteriores, las de Michel y las del resto de mis compañeros peregrinos. Pese a ello, de vez en cuando surgen contratiempos. Dos anécdotas que nos ocurrieron en la víspera y durante la última noche de nuestro peregrinaje, respectivamente, me dan pie a dedicar mi artículo del 2008 a las tribulaciones - penalidades que a veces toca padecer - del peregrino. Son esos pocos momentos no tan agradables que ocurren a lo largo de la marcha pero que, recordados luego con perspectiva, producen, incluso en la misma medida que los buenos, hilaridad o regocijo. Con el poco o mucho humor de que soy capaz, aquí va mi crónica del Camino 2008.

Picaresca en el Camino

Los pícaros, o listillos que viven del engaño o acciones parecidas, han existido siempre aunque su forma de actuar se adapta a los tiempos que corren; el Camino de Santiago ofrece oportunidades amplias para que los pícaros puedan ejercer su actividad. Voy a contar tres ejemplos de picardía que hemos sufrido en nuestro peregrinaje de este año.

El primero consiste en el hurto de dinero u otras pertenencias de los peregrinos cuando estos no se percatan de ello; así, durante la última noche de nuestro peregrinaje, mientras ellos roncaban a pulmón sacao, les fue sustraído dinero de sus respectivas billeteras, depositadas en los bolsillos de sus chalecos al alcance de cualquiera, a los peregrinos Angel y Paco, por un importe total de unos 475 euros; el hecho fue oportunamente denunciado por si la hábil benemérita puede trincar al caco autor del hurto. Esta experiencia me obliga a recomendar a los peregrinos que, mientras pernoctan en albergues, sitúen sus objetos de valor en lugar suficientemente seguro.

Paco delante del albergue de Hospital de Órbigo, donde le fue limpiada la cartera durante la noche del 16 de mayo.

El segundo consiste en el timo de toda la vida: me ocurrió el primer día del peregrinaje, cuando el taxista que nos condujo hasta Atapuerca, me devolvió diez euros de menos en el cambio de los cincuenta que le entregué; a pesar de la evidencia de la falta del billete, no hubo modo de apearle del burro en cinco minutos de discusión y claro no era cuestión de empezar el camino liándose a mamporros con un taxista, aunque bien merecido se lo tenía el conchesumadre, que diría un sudamericano castizo; claro que asistiendo a la discusión cinco peregrinos, de algunos detalles nos percatamos, como de que el interfecto tenía una edad de entorno a los 60 años, el taxi era un Volswagen Passat blanco, y su matrícula pertenecía a la serie CRW; mientras hacía los primeros kilómetros rebobiné mentalmente la situación y ví con clarividencia como el pícaro aprovechó para despistarme el hecho de que mi compañero de taxi, el peregrino Luis, me entregaba al mismo tiempo el 50% del coste, y, entonces, lamenté vivamente no haberle roto el parabrisas de un cantazo o, al menos, pinchado una rueda de su instrumento de trabajo.

El tercero es el más sutil y se practica por algunos hosteleros del camino cobrando precios no proporcionados al servicio ofrecido: por ejemplo, si una habitación doble cuesta cincuenta euros, le añaden dos camas supletorias, y así caben cuatro peregrinos que se encuentran como sardinas en lata – apuro les da a los pobres levantarse por la noche para hacer sus necesidades por no despertar al compañero -, y el precio pasa a costar los cien euros; regla de tres pura y simple, que parece que es la única operación matemática que aprendieron estos bribones en la escuela, mecagüen la leche; ejemplos de esta mala práctica los encontramos, entre otros, en los siguientes establecimientos:

                           - Hotel - restaurante - cafetería Campus Tavern en C/ Las Infantas, 2.- Burgos ( para más inri, la mampara de la ducha de la habitación que me tocó estaba rota por lo que al salir de la ducha entrabas en la piscina ).

                            - Hostal Santiago, en Carrión de los Condes

                          - algunos albergues privados - que no mencionaré - con una concentración excesiva de camas en una sola habitación.

(acabo de ponerle tarea a la Consejería de Turismo de la Junta de Castilla y León para que corrija estos hechos anómalos).

Aunque es de justicia reconocer que, afortunadamente, también hay ejemplos de lo contrario, es decir alojamientos excelentes y modernos a precios muy moderados, como:

                             - Albergue Los Templarios, en la localidad palentina de Terradillos

                             - Albergue San Pelayo en Puente de Villarente, provincia de León

o dignos, bien situados y a precio ajustado como el Hostal Guzmán, en León capital.

Los peligros del camino

Algunos tramos del camino encierran peligro para la integridad física del caminante y el que no me lo crea, que vaya a Puente de Villarente por la carretera N-601 dejando atrás Mansilla de las Mulas, y cruce el puente sobre el río Porma - es paso obligado para los peregrinos - que da acceso al pueblo, andando por su estrecha acera sin protección alguna. Verá como le hacen tambalearse los camiones de gran tonelaje que pasan a toda pastilla a pesar de que proceden de zona urbana con limitaciones de velocidad. Yo, que no creía en ellos, pienso que sólo a un milagro del Santo puede deberse el que no haya habido nunca accidentes con peregrinos, como luego me confirmó Julio, el propietario del albergue San Pelayo donde nos hospedamos.

O si no ¿ por que carajo un montón de camiones procedentes - en dirección contraria a los que amenazan al peregrino - de Mansilla de las mulas, que deben afrontar una curva más cerrada, se han tragado el muro de protección y precipitado al río, ocasionando muertos entres sus ocupantes, según me informaron fuentes de toda solvencia, es decir nuestro amigo Máximo ?. El caso es que la autoridad competente ha intentado minimizar el peligro ampliando la anchura de esa parte de la calzada mediante el añadido de una estructura de hormigón que, a este bonito puente de piedra de veinte ojos, le cae como a una zorra los perdigones. Parece ser que también se intentó en el pasado la fórmula de de desviar la circulación por un variante, pero contó con la oposición cerrada de los propietarios de las fincas afectadas dedicadas a la producción de lúpulo, que dicho sea de paso, y para mayor cachondeo, lleva montón de años sin cultivarse.

Vista parcial del puente de Villarente en la que se aprecia la estructura de hormigón añadida al antiguo puente de piedra; los peregrinos acceden al pueblo por la acera contraria.

Otro punto de peligro, aunque menor a mi juicio, se encuentra en las proximidades de León donde el peregrino debe cruzar una autovía de circunvalación – afortunadamente sin tener que hacer salto de altura para superar la mediana, lo que ya sería el colmo-.

Claro que puestos a encontrar peligros, de cualquier sitio pueden venir como el de la noche en que pernoctamos en la pequeña localidad de Hontanas ( provincia de Burgos ) cuando el peregrino Paco, que da en la cama más vueltas que una peonza sobre una baldosa de mármol pulimentado, derribó el quitamiedos de madera que protegía su litera cayendo al suelo con gran estruendo y posándose en el borde de la mía - a escasos centímetro de mi cabeza-, que estaba debajo, con la única consecuencia, afortunadamente, de despertar a los diez peregrinos que dormíamos en la habitación.

Por último, también la mala suerte acarrea peligros como le sucedió al peregrino Primi que, en la víspera de iniciar el camino, tras disfrutar de la victoria del Madrid sobre el Barcelona en una cafetería de Burgos, decidió celebrarlo de alguna manera misteriosa con la consecuencia sabida de que resbaló en la mojada calzada camino del hotel, dando tal chingoleta que, en su aterrizaje, se produjo la dislocación del hombro y una leve fractura de la cabeza del húmero. Afortunadamente, algo parecido al éxtasis - con suspensión temporal de las funciones corporales - provocado sin duda por el deseo irrefrenable de iniciar el camino, hizo que no se percatara de la gravedad de los estragos originados por la caída hasta que no se despertó al día siguiente y contempló el desaguisado en su brazo ante el espejo; acompañado por Michel terminó la cura en el Hospital General de Burgos cuando el resto de los peregrinos ya habíamos dado cuenta de más de la mitad de la etapa desde Atapuerca. Si algún lector de estas líneas no se cree esta historia, puedo enviarle copia del informe facultativo correspondiente y del parte de retorno a Segovia al día siguiente en transporte privado.

Desde luego al año que viene me pienso quejar oficialmente al Santo porque no hay derecho de que a un peregrino como Primi le fastidien la ilusión de todo un año de esta manera tan peregrina.

Overbooking

La palabra overbooking ( en español, sobreventa ) se usa, si hablamos de hostelería, cuando un establecimiento hotelero ha rebasado sus límites de ocupación y tiene un exceso de clientela que no puede albergar; esto es, ni más ni menos, a lo que hemos asistido en el camino 2008.

El gran número de caminantes se traducía en que el encontrar plaza en un albergue público era sencillamente misión imposible, si no te levantabas a las cinco de la mañana y llegabas al siguiente destino antes del mediodía. Dado que nuestro grupo no esta dispuesto a incurrir en semejante degradación, todos los días tuvimos que dormir en hostales o albergues privados, reservados previamente por teléfono por la mañana o por la noche del día anterior.

La gran mayoría de los peregrinos eran extranjeros y, dentro de estos, los de nacionalidad alemana representaban el mayor porcentaje. El colmo de la aglomeración de teutones lo encontré en León, en cuya Catedral se celebró una misa de peregrinos – en alemán por supuesto – concelebrada por un montón de oficiantes, con coro de cantores de unos 25 integrantes y un número de asistentes que Máximo y yo estimamos entre los 200 y 300. Al día siguiente iba yo preguntando a todo peregrino sospechoso de tal nacionalidad que me encontraba, hasta que topé con una peregrina perteneciente al grupo en cuestión, la cual me informó de que procedían de Stuttgart y que habían viajado hasta León en autobuses, para iniciar la peregrinación desde allí. No he encontrado referencias al evento en los diarios locales pero cualquiera que quiera verificarlo puede sin duda hacerlo en la sacristía de la catedral de León.

Sobre la causa del inusitado interés germánico por el camino, ya nos informó la peregrina Clara, española residente en Munich, de que un tal Hape Kerkeling, humorista muy popular en Alemania, había escrito un libro titulado “Me voy de camino. Mi Viaje en el Camino de Santiago", que ha sido un auténtico best seller; mi hija Marta, que también reside en Alemania, me ha ayudado a encontrar en Internet ( http://www.jakobsweg-coaching.de/literatur/index.htm ) y traducido la siguiente reseña del libro:

No es broma: Hape Kerkeling, el showman de televisión más polifacético de Alemania, camina hacia la tumba del santo Santiago: 600 kilómetros a través de Francia, y España hasta Santiago de Compostela, y vive la excepcional intensidad de una Peregrinación. Es una mañana de junio soleada, cuando Hape Kerkeling, reconocido vago y teleadicto, vence finalmente al holgazán que lleva dentro y se pone de camino en St.-Jean-Pied-de-Port. Tiene por delante seis semanas, él solo, con su mochila de 11 kilos: sobre las cumbres nevadas de los Pirineos, a través del Pais Vasco, Navarra y La Rioja hasta la tumba del santo Santiago, desde hace mil años meta de creyentes del mundo entero. Con encanto, humor y mirada hacia las cosas especiales, Kerkeling descubre las regiones desconocidas, conoce a las gentes locales, así como a modernos peregrinos y sus costumbres. Experimenta la soledad y la tranquilidad. Agotamiento y duda, pero también ganas de ayudar, amistad y recompensas y una cercanía particular a Dios. En su libro sobre el valor de la peregrinación, el apreciado cómico muestra cómo es él también: aventurero, abierto al mundo, meditativo.

Escucho opiniones divididas, pero mayoritariamente positivas, no ha sido en vano que ha vendido 2,5 millones de ejemplares…

(el peregrino conocedor del camino observará algunas incorrecciones en esta reseña, que espero correspondan al crítico y no al autor del libro).

Sin duda el amigo Hape, cuyo libro va a ser traducido próximamente al español, vivió experiencias interesantes pero estoy seguro de que las mejores se las perdió pues no ha conocido al Grupo de Peregrinos Segovianos.

También me ha informado Marta de que la Cadena privada de Televisión ProSieben, de bastante audiencia, emitió un programa denominado “La gran peregrinación de famosos” ("Das grosse Promi-Pilgern" que consistió en una especie de reality show en el que cinco famosos, o mejor dicho famosotes - presentadora de TV, profesor de baile, profesor de yudo, ganadora de concurso de TV y ganador de concurso de humor - hicieron el camino a Santiago de Compostela; fue una serie de sólo 4 capítulos, el último de los cuales se emitió el 4 de noviembre, cuando llegaron a Santiago ( si algún lector sabe alemán puede obtener más información sobre esta peregrinación en http://www.prosieben.de/lifestyle_magazine/promipilgern )

Tras estos antecedentes no me extraña que los alemanes se lancen como borregos a peregrinar por el camino de Santiago y ocasionen colapsos que, a este paso, van a plantear problemas logísticos de envergadura, para cuya solución no va a haber más remedio que adoptar medidas drásticas como por ejemplo - la idea no es mía sino de la peregrina catalana Montse, sobre la que luego diré más cosas - el cobro de una tasa de 300 euros a todo peregrino guiri que quiera hacer el camino. Esto tendría el doble efecto positivo de reducir la aglomeración de caminantes y facilitar la financiación de obras de mejora en el camino, como por ejemplo una pasarela para peatones en Puente de Villarente, otra sobre la autovía que hay que cruzar en León, o mejorar la señalización de camino que en algunos casos consiste en marcas que te creerías que las han hecho lagartos que hubieran soltado con las patas mojadas en tinta amarilla, oye, de lo cutres que parecen; digo yo que a estas alturas del siglo XXI las flechitas podrían ofrecer una aspecto más curioso


El humorista alemán Hape Kerkeling con el libro sobre el Camino del que es autor entre sus manos.

Un poco de historia: San Facundo y San Primitivo

Yo ya tenia noticias de que los restos de San Primitivo se encontraban en la ciudad de Sahagún y, preguntando en el albergue, me informaron de que, efectivamente, en la Iglesia de San Juan de Sahagún se encontraba la urna que contenía sus restos, así que me dirigí al citado templo con el fin de fotografiarla y dedicarle la imagen a nuestro compañero accidentado Primi, lo que no conseguí porque la iglesia se encontraba cerrada.

Para que le sirva de consuelo de sus penalidades, no me resisto a contar aquí la historia del martirio del santo patrón de nuestro compañero, según la versión obtenida de Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Facundo_y_Primitivo_m%C3%A1rtires ):

Los datos sobre el martirio de los hermanos Facundo y Primitivo son confusos ya que según El Breviario de Sahagún los hechos sucedieron durante el reinado de  Marco Aurelio entre los años 161 y 180, cuando Ático era cónsul en España. Sin embargo un pergamino del siglo XI sitúa el martirio en el siglo III siendo cónsules en España  Atico y Pretextato.

Sea como fuere, las leyendas sobre su martirio concuerdan en que la historia aconteció de manera que al llegar un día el cónsul Ático a la guarnición romana de Cea,  mandó publicar un edicto por el cual todos los moradores de aquellas comarcas deberían ofrecer sacrificio a un famoso ídolo romano. Al negarse los dos hermanos diciendo que profesaban la religión de Jesucristo fueron encarcelados. La Historia del Real Monasterio de Sahagún, compuesta por el monje Romualdo de Escalona en el s. XVIII, resume así el martirio:

...persistiendo firmes los dos jóvenes en la confesión de su fe, Ático multiplicó en ellos las más crueles torturas, desde el horno encendido al que fueron arrojados, hasta hacerles beber una pócima mortal que aquellos apuraron sin que les hiciera daño alguno, lo que motivó la conversión del sofista acusador. Siguiéronse los tormentos del potro, las uñas de hierro con que les arrancaron los nervios, de aceite hirviendo con que fueron rociados sus cuerpos, y las teas encendidas que luego les aplicaron. Más tarde se les vaciaron los ojos de sus órbitas, se les colgó de un hastial muy alto, cabeza abajo, del que se les bajó cuando creyó ya muertos; pero el pasmo de las circunstantes rayó casi en la asonada [...] cuando la muchedumbre les vio indemnes y curados, mientras uno de la multitud exclamó estar viendo a dos seres divinos que traían por los aires sendas palmas y coronas para Facundo y Primitivo. Oído lo cual, ordenó Ático que les fueran cortadas las cabezas, para impedir la proclamada coronación, brotando al punto de los cuellos mutilados sangre y agua, signo claro de que a Dios eran aceptos, tanto su martirio, cuanto la ofrenda casta de su fe. Acto seguido [...] los sagrados restos fueron arrojados al río Cea.

Esto supuestamente sucedió el 27 de noviembre cerca del año 304. Sus cuerpos fueron arrojados al río y encontrados donde fueron enterrados y en el lugar en que más tarde habrían de edificarse el monasterio y villa de Sahagún.

Vamos, que el golpecito de Primitivo fue una minucia al lado de las putaditas que le hicieron los malditos romanos a su santo patrón; pena que los ángeles custodios, con el arreglo que le hicieron a éste, no tuvieran a bien hacer lo propio con el hombro a Primi, con lo fácil que resultaba.


Iglesia de San Juan de Sahagún, donde se guarda la urna con los restos de San Facundo y San Primitivo.

Otos pequeños misterios, penalidades y decepciones del camino

1.

Desde Hontanas hasta Frómista  afrontábamos una etapa de 34,6 kilómetros ; el grupo de peregrinos se dividió en dos en Castrojeriz, a 9,7 kilómetros de la salida, optando el primero por hacer cuatro kilómetro más - o sea 38,6 - por carretera a cambio de evitar los barros del camino y una cuesta a la salida del pueblo que te dejaba herniado solo con mirarla. El segundo grupo compuesto por Angel, Luis y el que suscribe,  optó por el camino más corto; toda la etapa transcurrió bajo una lluvia incesante, aunque afortunadamente sin viento lo que me permitió utilizar sin problemas mi desvarillado paraguas. Llegamos a Frómista cansados, hambrientos, sedientos - nos saltamos involuntariamente el avituallamiento de Boadilla del Camino - embarrados hasta los corvejones y con ampollas en los pies. Aproximadamente una hora después, ya duchados y con traje de paseo, nos reconfortábamos con unos vinos y quesos excelentes, cuando vimos aparecer a los componentes del primer grupo, con caras frescas y alegres, bajos de los pantalones sólo moderadamente manchados y con ganas de marcha infinitas. Para haberse hecho cuatro kilómetros más no esta mal la ayuda del santo.

2.

Para reparar las averías causadas en los pies por esta dura etapa el peregrino Angel se masajea los pies con un gel térmico relajante; al parecer, sin darse cuenta, se frotó los ojos, seguramente para quitarse alguna pella de barro residual de la etapa, antes de lavarse las manos; los pies no sé si se le aliviarían pero al día siguiente tenía el ojo derecho como las brótolas, que parecía que le hubiera picado un alacrán. Tuvo que gastarse en el lavado todo el suero que llevábamos en el botiquín y comprarse un colirio en una farmacia de Carrión que afortunadamente subsanó completamente el problema en poco más de dos días.

3.

El peregrino Luis Barrio, de profesión cajahorrero y de afición pescador, había obtenido una licencia de pesca que, por el módico precio de 10,25 euros le permitía pescar hasta seis truchas de longitud mínima de 22 centímetros cada una en el coto de pesca denominado Marne del río Porma a su paso por Puente de Villarente. Todos, pero especialmente Luis, esperábamos con ansiedad la llegada de ese día: el peregrino pescador por el entusiasmo que produce la aventura y el ansia de desplegar la caña extensible guardada con esmero durante tantos días en su mochila y el resto por el banquete elaborado a base de producto autóctono que nos esperaba al final de la jornada. A las ocho treinta de la mañana, acompañado del peregrino Fernando, que no resistió la tentación de acompañarle, tomaba un taxi que les conduciría desde el Burgo Ranero al coto de Pesca; cinco minutos después sonaba el claxon del taxi que me saludaba al adelantarme, mientras yo seguía avanzando por el camino que había emprendido tres cuartos de hora antes, a ritmo de crucero, para terminar cuanto antes los 24,7 kilómetros que me separaba del lugar del coto, con la esperanza de presenciar alguna captura, vivir la emoción del evento e inmortalizarlo con algunas fotos.

Cuando llegué, a las 12,45, llamé al pescador por teléfono y me informó de que el río era precioso y a ratos difícil y desafiante – un reto para el buen aficionado -, que habían pasado una excelente mañana, que había mogollón de truchas, pero que éstas eran listas a rabiar y que a cada cucharilla que les lanzaban, respondían asomando la cabeza, dando un corte de mangas y deshuevándose de la risa, lo que les estaba dejando desmoralizados - solo dos truchas, por exceso de osadía en sus cuchufletas,  picaron el anzuelo -, razón por la cual habían decidido terminar la actividad y dirigirse al albergue para ducharse e ir a comer; ante tal panorama me instalé en el albergue, me duché y me senté a esperarlos lamentando la ausencia de fotos del evento y la pérdida del banquete a base de sopa de trucha que nos habíamos prometido para la noche.


Licencia de pesca a favor de Luis en el coto Marne para el día 14 de mayo.

4.

Cómo no me va a producir cierta grima  y desazón el sufrimiento que deben padecer algunos leoneses – afortunadamente parece que no son muchos – por su falta de libertad. Porque si no sufren de este mal, de qué otra manera se explica esas pintadas continuas - sobre todo en la zona del camino entre El Burgo Ranero y el Puente de Villarente - en muros, paredes, tapias o bancos, que rezan así y te  llegan al alma, oye: “Pais lliones llibre”, “Lleón llibre”, “Léon solo”. Llamándome la atención tanta  elle, pedí a Máximo, un pozo de conocimientos sin fondo, que me informara del idioma o dialecto en que se expresan estos oprimidos del camino y resulta que se trata del bable asturiano o pachuelo leonés, restos dialectales del antiguo idioma leonés - fagocitado por el castellano -, uno de los cinco idiomas en que, allá por el siglo XIV, derivó el latín en la península ibérica (si algún leonéshablante no está de acuerdo con esta versión, retiro lo dicho y aquí paz y después gloria).Yo les recomendaría  a estas personas que se dieran una vueltecita por el Barrio Húmedo de León y dedicaran un buen rato a disfrutar de las extraordinarias tapas que allí te sirven y de los vinos de reserva Bierzo que, por cierto, están alcanzando una calidad excelente.

Prana Healing e hipocondría

La peregrina Montse, que caminaba junto a la peregrina Esther - catalanas de Figueras ambas - es adicta a la terapia pránica. Busco a través de Google (http://www.terapiapranica.com ) y encuentro que  la misma se basa en la utilización del prana o energía vital que mantiene al cuerpo humano vivo, fortaleciéndolo y permitiéndole desarrollar todas sus actividades; la terapia pránica es una técnica natural altamente efectiva que permite utilizar el prana para facilitar los procesos de recuperación y desarrollo del ser humano y equilibrar condiciones de índole física, emocional o mental. A través de las manos y la aplicación de técnicas como la limpieza y la energización, se ayuda a balancear, alinear y revitalizar el sistema de energía humano, pudiendo ser utilizada para ayudar a otros o para la terapia de uno mismo.

De la efectividad de esta terapia, que yo no conocía, puedo dar fe pues el día 12 de mayo llegó al albergue de Terradillos un peregrino ciclista hecho unos auténticos zorros, que yo lo vi, dispuesto a descansar un poco esa noche y marcharse a casa al día siguiente; tuvo la suerte de encontrarse con Montse y, no se qué clase de apaño le haría, que al amanecer del día siguiente salió escopetado, como si le hubieran puesto un cohete de fallas en el sieso,  para hacer la siguiente etapa.

Pero a lo que yo iba es a que esta peregrina catalana creyó adivinarme, tras la excelente comida de peregrinos  que tuvimos en León,  un supuesto problema en el vientre, no sé si alto, medio o bajo. Tardo de reflejos, como me pasó con el taxista de Burgos, y dado que no tengo nada de hipocondríaco, no le presté importancia en el momento, pero luego me dio por rumiarlo - cuando ya ella había partido aquélla misma tarde hacia Barcelona - y decidí que nada más volver a Segovia iría a ver a Jaime, nuestro médico de empresa, para que me ordenase unos análisis clínicos exhaustivos.

Pasados unos días, me informa el galeno del positivo resultado de los mismos y yo, feliz, concluyo esta crónica pensando que  al año que viene estaré en condiciones de volver a caminar si me apetece. Si por un casual Montse - empresaria, políglota, enigmática, karmática, pránica y un poco bruja - leyera estas notas, mucho le agradecería que me informara del mal que en aquel momento creyó adivinar que me aquejaba.


Montse (izquierda) y Esther junto a Angel, Luis Martín y Michel

Segovia, mayo de 2008

José Mª Gonzalo