Acompañados por un día espléndido, desayunamos en el "O Escalinata" y
comenzamos la empinada y larga subida hacia la salida de Sarria. El Camino transcurre
bajo frondosas carballeiras que evitan el calor de los rayos del sol. El caminar se
hace agradable bajo la sombra.
Subida de Sarria
Avanzamos con rapidez dejando atrás Barbadelo, Rente y Mercado da
Serra, sin detenernos.
Curiosa encina centenaria
Poco después llegamos a Leiman, donde tenemos prevista una primera
y larga parada. Queremos visitar a nuestros amigos del Mesón "O Xestelo", Carmen, Simo,
sus hijos, y Sara, madre de Carmen.
Con "Tita", en O Xestelo
Ya en el Mesón, encontramos únicamente a Carmen y a Sara, a quienes
saludamos efusivamente. Simo y sus hijos no están. Sentados en la terraza disfrutamos
de la espléndida mañana, mientras tomamos algunas cañas acompañadas por buenos pinchos,
recordando los inolvidables ratos que en anteriores ocasiones allí hemos disfrutado.
Reportaje fotográfico
Han debido avisar a Manolo, hombre con el que hace algunos años
disfrutamos de sus divertidos chistes, pues se ha acercado a saludarnos.
Con Manolo
Sin demasiadas ganas de continuar nuestro Camino, nos despedimos y
retomamos la marcha, pues sabemos que aún nos esperan empinadas y largas cuestas antes
de llegar a Portomarín, nuestro destino.
Fuente del Peregrino
Un pequeño chaparrón nos obliga a abrir los paraguas, aunque dura poco
tiempo. El sol vuelve a brillar y nos acompaña hasta Morgade, donde nos detenemos de
nuevo a tomar unas cañas. Sin más demora continuamos el Camino dejando atrás muchos
pequeños pueblos, muy cercanos unos a otros, hasta que decidimos parar a comer algo
en Mercadoiro, establecimiento donde se puede comer, beber y dormir. Después de comer
algo en "La Bodeguiña" jugamos una partida de mus.
La Bodeguiña. Mercadoiro.
Finalizada la partida, pagamos los perdedores y continuamos nuestro
Camino hacia Portomarín.
Michel y Luis, después de perder y pagar la partida.
Poco después entramos en el Valle del Miño donde las pistas se suceden
correctamente señalizadas, hasta que divisamos Portomarín en la vertiente opuesta del
rio, hacia el que descendemos salvando una vertiginosa pendiente por una pista de
asfalto.
Portomarín.
Llegada a Portomarín
Maribel, peregrina malagueña.
Una vez acoplados en el albergue salimos a dar una vuelta, tomar unas
cañas y cenar. Mientras estamos cenando en el restaurante "Rodríguez", aparecen Victor
y sus acompañantes. Victor nos hace una foto que muchos días después nos enviaría por
correo electrónico.
Cena en Portomarín.
Después de la cena, damos una vuelta por el pueblo y nos retiramos
al albergue a descansar.