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Lunes, 10 de Mayo de 2004
Etapa 5: DE O CEBREIRO A CALVOR


Son las 07:15 de la mañana. El tiempo no ha cambiado nada. El frío es intenso y la niebla muy densa. Mientras Primi espera desayunando en el mesón, van apareciendo poco a poco el resto de compañeros. El mesón se llena de peregrinos. Mientras esperan los cafés con leche, Primi comenta algunas noticias de actualidad, entre ellas el ingreso de Jesús Gil en el hospital. Impacientes, esperando el desayuno, hacen algunas fotos.


Quimada popular

Varias mujeres preguntan a Primi si pueden utilizar su mesa para sentarse lo que aprovecha para informarse de dónde son y de dónde vienen, al tiempo que les muestra el GPS y les entrega su famosa tarjeta con la indicación de su página web.

Pronto se preparan para una foto. Michel, dispuesto a tomarla, pregunta si "ya está todo el material". Aunque faltaba una del grupo, Juana Mary, algo susceptible, se siente ofendida y le comenta a Michel que "no son ganado". Al final todo queda en una broma.


Yolanda, Beni, Marigel, Juana Mary, Beni y David, con Primi al fondo


El grupo de amigas peregrinas con Primi

Poco antes de salir llegan Genoveva y Jose Luís. Genoveva le comenta a Michel que ha visitado su página web en su casa de Ponferrada.

A las 08:30 se disponen a emprender la marcha. La etapa es especialmente larga, por lo que se proponen llegar hasta el Alto do Poio sin efectuar paradas. Debido a la densa niebla deciden continuar el camino siguiendo la carretera hasta Hospital da Condesa. Ángel pronto se adelanta seguido por Primi y Michel que, a buen paso, no le pierden de vista.


Yolanda y Reyes

La niebla va dando paso a un sol radiante que les hace sudar. Primi y Michel, cruzan Hospital da Condesa y pierden a Ángel. El camino que sigue el trazado de la carretera es llano por lo que no se explican dónde se ha metido. Después sabrían que había parado en el albergue de Hospital para sellar su papela.


Monumento al peregrino

Ya cerca del Alto do Poio, Michel se queda rezagado mientras se refresca en una fuente y espera a Ángel. Primi se adelanta y sube, esta vez despacio (en años anteriores subía los últimos 30 metros a la carrera) la empinada cuesta que corona los 1.337 metros del Alto do Poio, punto más elevado del Camino de Santiago en Galicia.

Mientras toman unas cervezas, van llegando otros muchos peregrinos y el resto de compañeros, que continúan la marcha sin detenerse. Poco después Primi y Michel les seguirían hacia O Biudezo, no sin antes hacerse una foto con Sofía, la simpática dueña de la Posada.


Sofía con Primi


Hacia O Biduezo

Cuando llegan a O Biduezo, ya les esperan en el Mesón Betularia sus amigos. Le llevan a Isabel, propietaria del Mesón Betularia, algunas fotos del año anterior donde se la ve junto a su hija y su nieta, y un libro de tractores para su marido. Mientras reponen fuerzas con alguna ración de jamón, chorizo y queso y las correspondientes cervezas, van llegando Marisa (su amiga catalana que tenía intención de abandonar el Camino en Triacastela pues tendría que comenzar a trabajar el miércoles), Pedro, David y Alfonso quien comenta, divertido, que Primi y Michel "se van dando cera” ...

Poco después llega el grupo de amigas a quienes Michel, en la misma puerta de Betularia, les pregunta por sus nombres, procedencia y Correo Electrónico: Juana Mary y Marigel, de Marbella, Beni, de Orense, Beni, de Toledo y Yolanda, de Madrid.


Hacia Triacastela

A las 12:40, después de despedirse de Isabel, parten hacia Triacastela. Luís se ha adelantado pues comienza a dar síntomas de ir algo tocado, aunque no sabe exactamente qué es lo que le duele. Michel y Primi, como ya es su costumbre, pronto se quedan rezagados.


Luís

La mañana es espléndida. Mientras caminan despacio hacia Triacastela encuentran a grupos de peregrinos tumbados en los verdes prados, descansando. Sentada en una piedra, junto a un prado donde un grupo de vacas y algún toro pacen tranquilamente, encuentran a Ute, "The Fast Woman". Tiene en su mano una ramita de tomillo con flores violetas que ofrece sonriente a Primi, en detalle recíproco al del capullo de rosa roja que él le había entregado en Villafranca del Bierzo. Ante las divertidas protestas de envidia de Michel y la sonrisa orgullosa de Primi, Ute le entrega también a Michel un trocito de la rama. Después de algunos divertidos comentarios sobre el peligro de los toros los dos amigos continúan hacia Triacastela.

Finalizado un largo e interminable descenso entran en Triacastela. El albergue se ve a su izquierda con gran actividad de peregrinos. Muchos se quedarían allí a pasar la noche. Ellos continúan hasta el restaurante Xacobeo donde ya les esperan el resto de amigos, exceptuando a Luís, que parece que se ha quedado rezagado visitando la Iglesia, por lo que no le han visto.

El restaurante está lleno por lo que mientras esperan que alguna mesa quede libre toman algunas cervezas. Después de cambiarse de camisetas y tender las mojadas en las sillas del patio para que se secaran, entraron al comedor.

Ya en la mesa conversan sobre la paliza que llevan encima. Primi comenta que "si pilla una cama la hace sangre". Aún les faltan 14 largos kilómetros hasta Calvor que deberán recorrer después de la comida y saben, por experiencia, que tantos kilómetros después de comer se hacen interminables.


Comida en Triacastela

Cerca de su mesa se encuentran también comiendo sus amigos "gaiteros" (Quico, Chess y Chisu), junto con Alfonso y Ute. Después de aclarar el entuerto de las ensaladas normales y mixtas y de compartir los churrascos con Michel pues nunca llegaba el suyo, terminan la comida con los acostumbrados "elixires".


Yoli, Ángel y Reyes

En un momento en el que Ángel y Primi se despachaban con graciosos chistes, Michel pregunta sonriente a Yoly y a Reyes si "conocen el nombre de la mujer del hombre que inventó el Chupa-Chups". Ante el desconocimiento de las amigas sevillanas, Michel les revela la respuesta, provocando las consiguientes carcajadas.

(Nota del autor: aunque la respuesta es sencilla, no revelamos la solución por si algún lector amante de las adivinanzas puede encontrarla.)

Finalizada la comida, después de despedirse del grupo de los "gaiteros", continúan la larga marcha hacia Calvor. Este año no visitarían el Monasterio de Samos ya que habían decidido hacer el Camino por el desvío hacia San Xil.

Poco a poco avanzan por el estrecho camino, flanqueado y cubierto por carballos con pequeños regatos que descienden zigzagueantes por entre las piedras redondeadas por el continuo paso de los peregrinos.


Fuente de la concha

Poco antes de la Fuente de la Concha saludan a Genoveva que descansa sentada en una piedra y poco después se encuentran con Jose Luís, que la espera paciente.

Mientras Yoly y Reyes acompañan durante un largo trecho a Michel, Primi se adelanta junto con Ángel y Luís el Negro y Luís Martín se va quedando rezagado. Le duele el empeine y va despacio.

En San Xil vuelven a reunirse. No hay dónde tomar algo por lo que deciden continuar hacia Fontearcuda.


Fontearcuda: Luís y Reyes


Fontearcuda: Primi y Reyes

Primi vuelve a distanciarse. Tiene ganas de finalizar de una vez la etapa y acelera el ritmo. Cerca ya de Calvor divisa a lo lejos a un par de peregrinas que caminaban cantando. Acelera hasta alcanzarlas y les pide agua. Efectuadas las presentaciones: Katy y Ana, de Madrid, continúan juntos ya hasta Calvor. Primi les comenta que no le extraña que llueva debido a sus cánticos. Después comentaría sonriente a sus amigos que sólo tenían una única canción en su repertorio.

Con su paraguas abierto en previsión de lluvia, una aldeana gallega le pregunta extrañada que por qué lo lleva abierto si no llueve, a lo que él contesta, muy divertido, que trae la tormenta tras él, en clara referencia a las dos amigas madrileñas. Bromeando sobre si se haría su representante o no, llegaron juntos al albergue.


Katy y Ana

Mientras Primi selecciona una litera que después resultaría que tenía el colchón destrozado y se ducha, van llegando el resto de amigos. El albergue tiene una habitación abierta, completa, y otra cerrada, vacía. Cuando llegan Yoly, Reyes, Luís y Michel, deben esperar a que regrese del pueblo la hospitalera y les abra la habitación cerrada. Mientras esperan observan curiosos algunos ejercicios de estiramiento aparentemente muy relajantes que Katy y Ana realizan sobre el suelo de la sala de estar del albergue.

El albergue está en una zona solitaria. Ángel y Michel, después de leer una nota expuesta en la puerta del albergue en la que ofertan llevar comidas y bebidas desde Sarria, bajo petición telefónica, efectúan una llamada encargando unos bocadillos y unas cervezas para cenar.

Sin nada que hacer, Michel sale a echarse un cigarrillo al exterior del albergue. Poco después Primi se le une mientras tiende en un perchero metálico, situado junto a la puerta del albergue, la toalla y alguna camiseta. Una mujer gallega que está apaleando unas zarzas cercanas les aconseja tenderlo en unas cuerdas que hacen las veces de tendedero del albergue. Se ha levantado un fuerte viento que inmediatamente tumba estrepitosamente el perchero donde Primi ha tendido sus prendas y que no les alcanza de puro milagro. Atendiendo al consejo de la señora, Primi tiende las prendas en las cuerdas.

Aún no ha llegado la hospitalera ni tampoco los bocadillos para la cena. Michel pregunta a la señora si no hay dónde tomar algo cerca. La amable gallega les indica que a unos diez minutos andando hay un mesón, en el cercano pueblo. Contentos, informan al resto de amigos y, a pesar del cansancio, se dirigen rápidamente hacia allí. Mientras tomaban algunas cervezas alguien llama por teléfono y el barman les indica que les está esperando en el albergue la persona que les ha traído los bocadillos. Pronto regresan al albergue y organizan la cena.


La cena

Después de la cena, esta vez sin "Elixir del Santo" pero sí con un chupito de licor de los peregrinos portugueses, charlan animadamente sobre las incidencias de la jornada.


Primi, fregando

Katy y Ana están practicando un juego con una cuerda que, mediante los dedos de las manos, se transforma en diferentes bonitas figuras. Michel recuerda haberlo practicado en su juventud y prueba con Katy. Siguiendo las indicaciones de Ana consigue terminarlo.


Katy y Ángel


las "katianas" y Michel

Ante las continuas quejas de Luis sobre los dolores de sus pies, Reyes, masajista de estudio y de vocación, propone darle un masaje. Dispuestos a observar el masaje con el correspondiente reportaje fotográfico pasan a la sala de estar donde Luis se tumba en el sofá y Reyes prepara su ejecución, mientras Primi, gran experto en rozaduras y ampollas, efectúa una I.T.V. a Yolanda, que tenía su dedo meñique sangrando, y a él mismo.


Preparación de Reyes


Reyes en acción


Luis se queda "frito"

Finalizado el masaje, los amigos suben a sus literas con intención de dormir. Primi se cambia de habitación y selecciona una con el colchón en buen estado. Aún completamente agotados, no cesan divertidos comentarios sobre el masaje, el estado físico de Luis, el cuarto de baño del albergue y algunos otros temas, comentarios que provocan la risa de los amigos. Michel, en un vano intento de dormir, les comenta que "las etapas deberían ser de 80 kilómetros a ver si así os daban ganas de reir tanto". A Luis Martín, desde su litera al fondo de la habitación, se le escucha cada vez que hace algún comentario, con un eco que parece provenir de ultratumba, lo que provoca aún más risas de los amigos. Poco a poco, tremendamente agotados, los comentarios y las risas se apagan vencidos por el sueño.