Nos levantamos a las 07:00 de la mañana. Casi todos los bares están cerrados para desayunar; preguntando llegamos al bar Leo que por 1,50 euros nos da café y tres churros grandes. Empezamos la caminata sobre las 8:15 horas.

Ante la duda de si ir por Villar de Mazarife o por Villadangos del Páramo decidimos seguir el Camino tradicional, es decir, por Villadangos.

Dejamos atrás la Iglesia de Santa Engracia en Valverde de la Virgen, donde hace algunos años, subimos por una escalera exterior hasta un balcón colgado de la espadaña de ladrillo.

En Villadangos del Páramo, hacemos la primera parada en la gasolinera de la entrada del pueblo. Esperamos un rato a Michel que viene con un poco de retraso. Nos tomamos unas cañas y continuamos por extensas llanuras paralelas a la carretera hasta San Martín del Camino, donde hacemos una nueva parada en el Albergue Santa Ana, el mismo donde estuvimos hace 5 años.

Aquí conocemos a dos peregrinas de Mallorca, Catiana y Marga, que encontramos sentadas en la terraza del bar del albergue. Estuvimos un rato hablando con ellas. Habían dado por terminada la etapa y se iban a quedar allí, en el albergue.

Después de comernos una ración de queso con unas cervezas, continuamos el Camino, hasta que siguiendo el canal del Páramo llegamos a Hospital de Orbigo sobre las 15:00 horas.

Nos sorprende el imponente puente del Passo Honroso, donde Suero de Quiñones retó en 1434 a todo caballero que pretendiera cruzarlo. Unos siglos después, en primavera de 2012, se inauguró su sistema de iluminación LED que se puede ver a última hora del día. Una tecnología que inunda de color la piedra y que no dejará indiferente a nadie. Cruzamos el Passo, sin temor a caballos desbocados ni a lanzas perdidas, para acceder a Hospital de Órbigo, donde nos recibe la iglesia de San Juan Bautista, del siglo XVIII.

Nada más cruzar el puente nos dirigimos en busca de un albergue, que encontramos muy cerca, a la derecha del puente. Se trata de un nuevo albergue llamado “La Encina”, bastante bueno a 9,00 euros persona. Decidimos quedarnos allí. Nos tomamos unas cervezas y unos pinchos y pasamos a una habitacion de 4, dos literas, para los 3. Nos atiende la hija del dueño, Sonia, que nos hace las fichas y nos sella las credenciales.

Despues de las duchas salimos a dar una vuelta por el pueblo. Nos sentamos en una terraza del primer bar antes del puente donde nos tomamos unas cañas. Mientras Michel se daba una vuelta por la ribera, bajo el puente, Primi estuvo viendo la primera parte de la pelicula del Camino 1999 - 2012. Pasamos un buen rato recordando viejos tiempos.

Nos acercamos hasta el albergue San Miguel, donde ya no está la hospitalera Mary Tere, y visitamos por dentro el albergue parroquial.

Continuamos visitando el pueblo con especial interés en el puente del Paso Honroso, recien restaurado. Tomamos nuevas cañas en la terraza de un bar restaurante cerca del puente. En la terraza ajardinada del bar podemos ver jaulas con varios tipos de pájaros exóticos. Intentamos, sin éxito, hablar con alguno de los loros. La simpática camarera accede a fotografiarse con nosotros.

Nos tomamos unos vinos en la terraza del hostal Suero de Quiñones, situada justo encima del puente, donde coincidimos con algunos peregrinos.

Poco después fuímos pensando en cenar algo, porque teniamos hambre y se acercaban las 09:00 de la noche. Nos metimos en un bar restaurante bastante grande que tenía acceso por dos calles paralelas. Nada mas entrar conocimos a dos peregrinas danesas: Hanne-Lise y Bettina, con quienes estuvimos hablando un rato. (Bettina se defiende bien en español).

Cenamos sopa de trucha y ternera guisada, con vino y postre, por 9 euros cada uno. Muy buena la relación calidad-precio. Después de cenar nos tomamos unos vinos en la terraza del bar del albergue y en torno a las 23 horas nos fuimos a la cama.