Comenzamos a caminar con las fundas de nuestras mochilas puestas y los paraguas en la mano en previsión
de lluvias. El cielo está encapotado y es casi seguro que va a llover. Avanzamos en leve ascenso por una pista agradable
y fácil de caminar. Detrás, cerca, vienen los peregrinos brasileños.
Tiempo nublado
La pista se convierte en un camino que se agarra a las laderas de la sierra de Alaiz. La senda conduce junto a Yárnoz.
Yarnoz
Ha comenzado a llover con fuerza. Dejamos atrás una bonita fuente (con agua), y nos resguardamos en el porche de una iglesia,
pues llueve demasiado. Los peregrinos brasileños se nos unen, aunque pronto continúan su camino.
Fuente
Con los peregrinos brasileños
Continuamos el Camino con los impermeables puestos y los paraguas abiertos. La pista se convierte en una senda estrecha que,
cubierta de agua y barro, asciende y desciende a capricho de la montaña.
Llueve con fuerza
La vereda es estrecha y resbaladiza. Chema va por delante. Yo, voy muy incómodo detrás de Primi avisándole: "Prepara la máquina de fotos pues voy a
resbalar y caer". Efectivamente, en uno de los descensos, piso en roca resbaladiza y, sin poder apoyarme en ningún sitio,
me caigo de culo en el barro y me pongo perdido.
A punto de caer
Rebozado en el barro
La caída, exceptuando que me he puesto perdido de barro pegajoso, no ha tenido más consecuencias. Primi se troncha de risa mientras
me hace alguna foto. Ahora pienso que habría sido mejor ir por la carretera que vemos abajo, al fondo.
Después del incidente, continuamos la marcha. En Guerindiáin paramos los tres en una cafetería a descansar y tomar algo.
Yo me limpio el barro como puedo en el servicio. Poco tiempo después continuamos hacia Tiebas. Vemos las ruínas de su
Castillo del Siglo XIII.
Castillo de Tiebas del Siglo XIII
Visitamos la iglesia de Santa Eufemia, donde sellamos nuestras credenciales. Tomamos un chato en el bar Centro Tiebas y
abandonamos la población para continuar hacia Muruarte de Reta y, sin detenernos, llegar hasta Enériz donde paramos de
nuevo a tomar algo.
Iglesia de Santa Eufemia
Escudo de Enériz sobre metal
A la entrada de la localidad vemos el "Monumento al burro" y la iglesia de Santa María Magdalena, del Siglo XVIII.
Monumento al burro, de metal
Santa María Magdalena del Siglo XVIII
Nos hemos puesto perdidos de barro. Cruzamos el pueblo y nos sentamos en una terraza a tomar unas cervezas.
Descanso y barro
Mientras descansamos leemos un curioso artículo en un diario sobre la colza y los campos amarillos.
La colza tiñe de amarillo los campos
En un bar en Enériz
Continuamos el Camino hacia Obanos aunque nos desviamos para visitar la imponente ermita románica de Santa María de Eunate,
a menos de cinco kilómetros de Enériz.
Santa María de Eunate
Santa María de Eunate
En Santa María de Eunate
Después de visitar el magnífico templo, tomar nuestras fotografías y sellar las credenciales, continuamos por un camino
muy cómodo, de tierra, hacia Obanos, que se encuentra a unos tres kilómetros de Eunate.
Hacia Obanos
Ya en Obanos, caminamos tras Chema, que se ha adelantado un poco. Nos espera sentado al pie de la Iglesia de San Juan
Bautista, en la plaza de los Fueros del pueblo.
Iglesia de San Juan Bautista
En esta histórica localidad, y justo a la altura de la ermita de San Salvador, es donde el Camino Aragonés, procedente de
Somport, y el Camino Francés, procedente de Roncesvalles, confluyen en uno solo.
La iglesia neogótica de San Juan Bautista acoge la imagen románica de Nuestra Señora la Blanca (siglo XII). Cada verano se
representa una extraordinaria obra de teatro en la calle, llamada Misterio de Óbanos y basada en una leyenda medieval del
Camino de Santiago. Según esta leyenda, santa Felicia, perteneciente a una noble familia de Aquitania, abandona todas sus
riquezas para dedicarse a servir a los pobres después de su peregrinación a la tumba del apóstol. Su hermano Guillermo la
mata como venganza por lo que supone un ultraje a la familia, pero luego es él quien peregrina a Compostela y, arrepentido
de su crimen, sigue la obra de su hermana el resto de su vida.
Obanos, ciudad señorial
Hace años, concretamente el 12 de mayo de 2007, pasamos ya por aquí, viniendo desde Roncesvalles por el Camino Francés.
Habíamos conocido a Yasuki, auténtico japonés con el que era difícil comunicarse y a quien habíamos venido observando
haciendo extraños ejercicios de concentración en algunos tramos del Camino. Cuando aquel día llegamos a Óbanos nos llamó la
atención un grupo de chiquillos que estaban llenando globos de agua en una fuente cercana a la Iglesia para después
tirárselos entre ellos intentando mojarse. Luís, muy divertido, incita a los niños a mojar con los globos a los peregrinos
cosa que
ellos no dudan ni un momento mientras él se dedica a tomar fotos. Ángel tiene que salir corriendo en tanto Chema aguanta
sentado mientras una niña le moja con el globo. Nuestro amigo, "el japo", se acerca curioso y con intención de llenar su
botella de agua. Los niños, decididos, le ponen perdido con los globos. El japonés sale disparado con el móvil chorreando agua.
Nosotros nos tronchamos de risa.
(Ver www.macardiel.com de S. Jean Pied de Port - Atapuerta, etapa De Villaba a
Puente la Reina)
Comienza a llover
Cuando continuamos hacia Puente la Reina comienza a llover. Entramos en la población bajo nuestros paraguas y directamente
nos dirigimos al albergue de Padres Reparadores. Sellamos nuestras credenciales, nos acoplamos en las literas y nos vamos a dar una vuelta por el
bonito pueblo.
Puente la Reina
En Puente la Reina destaca sobre todo el magnífico puente románico (siglo XI) sobre el Arga, que da nombre a la localidad,
y es uno de los más importantes del Camino. Está al final de la calle Mayor, a la salida siguiendo el camino. Es un puente
de seis arcos, y fue construido por Doña Mayor, esposa del rey Sancho III, para facilitar el paso a los peregrinos. En la
calle Mayor, que cruza todo el pueblo siguiendo la traza del Camino, encontramos también la iglesia del Crucifijo, de
portada románica y construida por los monjes guerreros de la Orden del Temple, y el antiguo hospital de peregrinos. También
cabe destacar la iglesia de Santiago, reedificada en el siglo XVI sobre una anterior románica de la que se conservan las
preciosas portadas, y la iglesia de San Pedro (siglo XIV), de estilo gótico.
En el puente de Puente la Reina
Después de dar una vuelta por la localidad, tomamos unos pinchos para cenar y nos vamos a dormir.
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