I
Cuando hacemos el camino, solemos
vivir un tanto despreocupados de los acontecimientos del mundo, de los que apenas
tenemos vagas noticias al hojear algún periódico o
escuchar de trasfondo la tele, mientras esperamos que nos sirvan alguna comida,
o la reposamos tras haber dado cuenta de ella, en un bar de algún pueblo, a
veces perdido, en un rincón de esta mágica ruta. Tenemos suficiente con
disfrutar del paisaje, de los ríos y las montañas, del sol, de la lluvia y del
barro, del cansancio y la fatiga, del románico, de las gentes que encontramos,
de los peregrinos que nos acompañan. De los seis años anteriores en los que he
hecho el camino no tengo recuerdo de noticia o acontecimiento relevante alguno.
El camino 2012, que transcurrió
por tierras de Huesca y Navarra (en mi caso desde Somport hasta Estella) nos
quedó marcado, sin embargo, por una noticia que recibimos el día 7 de mayo,
mediante llamada telefónica, cuando transitábamos, bajo una persistente lluvia,
entre Monreal y Sangüesa: Había dimitido el presidente de Bankia, sería
nombrado uno nuevo y a la entidad se le inyectarían miles de millones de euros
para su saneamiento.
La noticia nos afectaba por
cuanto tres de los peregrinos hemos trabajado
en una entidad financiera ahora integrada en Bankia, y el cuarto todavía lo
hace. Estaba claro que este año, no podíamos librarnos de la crisis. Y
es precisamente la crisis, la que me ha dado la idea para escribir unas líneas
para que Michel las incluya en la
web que tanto mima. Pero lo haré cambiando el tono con el que he empezado y
pasaré de la tragedia al humor (si es grueso mejor que fino) que es lo que
mejor se me da, o eso creo, cuando escribo estos relatos.
II
De unos años a esta parte, el
camino ha cambiado bastante en muchos aspectos y uno de ellos es el de las
infraestructuras: los albergues son mejores y más limpios, la señalización
excelente, el acondicionamiento de las zonas más complicadas del trayecto, como
los descensos pronunciados o el cruce de
los ríos, se ha llevado a cabo mediante pequeñas y primorosas infraestructuras,
como puentes de madera de diseño sustentados sobre anclajes de hormigón ,
barandillas artesanas de troncos de madera tratada, muretes de contención o
escaleras de piedra. Por supuesto, nada comparable a los aeropuertos de Ciudad
Real o Castellón o la Ciudad de la Luz y del Cine de Alicante, pero bastante
más práctico y digno.
Y claro, todo esto se ha podido
ejecutar gracias a las consignaciones presupuestarias de las Administraciones
Públicas - sobre todo Comunidades Autónomas afectadas y Ayuntamientos - en
tiempos en los que gastar (algunas veces también invertir) estaba bien visto -
y además se hacía con dinero prestado que, para
más inri, costaba poquísimo porque los mercados todavía no habían descubierto que
prestar dinero a quien no puede pagarlo no es una buena práctica económica. Y
de paso es posible que en alguna de estas pequeñas obras, alguna comisioncilla
se haya desviado a los bolsillos de algún político corrupto, que de todo hay en
la viña del Señor. Un compañero peregrino (no revelaré su nombre para no
comprometerlo) está convencido de que toda obra pública en España conlleva
lucro ilícito para algún mequetrefe.
Pero bueno, estas mejoras del
Camino son a la postre positivas, pues dan buena imagen y generan comodidades y
por eso te produce rabia cuando encuentras algún destrozo en las instalaciones
mencionadas, o pintadas, o deshechos arrojados inconscientemente en cualquier
parte.
III
Hay desperfectos que seguramente
se deben al uso descuidado de maquinaria
agrícola, pero la mayoría de los desaguisados los producen las manos de
desaprensivos, algunos con poco cerebro, otros con poca educación y otros que,
aunque creen tener ambas cualidades, carecen de ellas y piensan que el mundo les
pertenece y que el estado
del bienestar consiste en no dar un palo al agua, en que les lleven el sueldo a
su casa y además poder disponer de los bienes públicos como les venga en gana,
por ejemplo ensuciándolos o destrozándolos, actos que les deben producir una satisfacción
orgásmica de elevado voltaje.
Yo no sé si a algún peregrino se
le pueden atribuir tamaños desafueros, pero estoy convencido de que sí, porque
en otra de las cosas en que ha cambiado el camino de Santiago es en la masificación.
La oficina del peregrino de Santiago de Compostela facilita, en su página web,
unas estadísticas bastante completas sobre el número de peregrinos, de las que
he extractado los siguientes datos:
Año |
Españoles |
Extranjeros |
Total |
Incremento |
2007 |
55.326 |
58.700 |
114.026 |
13,6 |
2008 |
61.112 |
64.029 |
125.141 |
9,7 |
2009 |
79.007 |
66.870 |
145.877 |
16,6 |
2010 |
188.089 |
84.046 |
272.135 |
86,6 |
2011 |
97.822 |
85.544 |
183.366 |
-32,6 |
Olvidándonos del incremento coyuntural
del año 2010 que fue año santo, tenemos que en el último quinquenio (2006/2011)
el número de peregrinos ha pasado de 100.377 a 183.366 con una tasa de incremento
anual constante del 8,3%. Los cinco principales países aportadotes de peregrinos
son:
País |
2007 |
2011 |
Alemania |
13.837 |
16.596 |
Italia |
10.275 |
12.183 |
Portugal |
4.001 |
8.649 |
Francia |
6.982 |
8.166 |
Estados Unidos |
2.229 |
3.726 |
Y lo normal es que esta tendencia
al crecimiento acelerado continúe, pues el Camino constituye una forma de hacer
turismo, con un toque de aventura, a precios sumamente bajos, lo que constituye
un atractivo en tiempos de crisis.
IV
Y yo me pregunto que cómo no se
le ha ocurrido a nadie (que seguro que sí, aunque yo no he visto ni leído
propuestas) en los tiempos que corren - donde ya estamos habituados al céntimo
sanitario, el euro por consulta, la subida "temporal" de impuestos, los
recortes en sanidad, educación... y no sigo porque no acabaría - proponer algún
tipo de tasa, gravamen o sanción a esta clase de turismo que, al parecer, es lo
único que crece.
A mi el asunto me parece de cajón
y a modo de ejemplo, voy a detallar varias propuestas que contribuirían no ya
solo a mantener limpias y en buen estado las infraestructuras del Camino, sino
también a mejorar los ingresos de las Administraciones de las que depende.
La primera sería un gravamen
transitorio - hasta que el déficit público en España quede reducido a cero -
que afectaría a todos los peregrinos y consistiría en el pago de 5 euros en
efectivo en el momento de adquirir la compostelana y que se destinaría a los
Ayuntamientos (1 euro), a la Comunidad autónoma (1 euro) y al Estado (3 euros).
Algunas comunidades se quedarían sin ingresos por este concepto, como la
catalana, pero, que se chinguen o que inventen un camino nuevo como hemos hecho
en Segovia con el de San Frutos.
La segunda consistiría en una
tasa a cobrar en función del origen o
país de procedencia del peregrino y debería ser lo suficientemente efectiva
para que les dé donde más les duela o, lo que es lo mismo, que recaude el
máximo de ingresos con el mínimo esfuerzo. Su importe se destinaría íntegramente
a reducir el déficit público del Estado.
Y la tercera y última consistiría
en la imposición de sanciones a los peregrinos que cometieran actos impropios o
vandálicos durante la peregrinación. La recaudación se destinaría en su totalidad a
la Administración que tenga a su cargo la conservación del trayecto del camino
afectado
La primera medida parece que no
necesita más explicación pero sí voy a extenderme un poco más en la segunda y
tercera.
V
Alemania es, con diferencia, el primer
país en aportación de peregrinos.
En mi relato de 2008 ( http://217.125.36.140/indice/cs2008/cs200801.html
) ya expliqué el efecto que en el país habían tenido un libro best-seller sobre
el Camino del humorista alemán Hape Kerkelin y un reality-show de la cadena de
televisión ProSieben sobre el mismo tema.
Aparte de los motivos de la
afición de los alemanes al Camino, el caso es que mientras su ilustre canciller
Sra Merkel nos aprieta las clavijas hasta hacernos perder el resuello, miles de
sus conciudadanos vienen a España cada año, deambulan por el camino, se alojan,
comen y beben por cuatro duros, mean y giñan gratis (en Alemania no lo harías
por menos de 0,50 euros en lugar destinado al efecto; en otro no puedes o te
sancionan) y luego se vuelven a su país diciendo que los españoles nos pasamos
el tiempo rascándonos los huevos.
Esto se tiene que acabar. A
partir de ya, cada alemán que venga al camino pagará un impuesto variable en
función de la prima de riesgo española según la siguiente fórmula:
Ipa = P x N donde
100
Ipa: Impuesto sobre el peregrino alemán
P: Prima de riesgo española en la fecha de inicio de la peregrinación.
N: Número de días de duración de la peregrinación
Así, un alemán que peregrinase
durante ocho días siendo la prima de riesgo de 430 puntos básicos el primer día,
pagaría
(430 x 8)/100 = 34,40 euros.
Pero para que la Sra Merkel
y su sabueso en el BCE, Sr. Jörg Asmussen, vean que no somos
rencorosos, España se comprometería, con dos cojones, a devolverles la parte
correspondiente si el resultante de la formula fuese negativo, porque también lo
fuera la prima de riesgo, y España pudiera financiarse a tipos inferiores a los
alemanes.
VI
Alemania
ha merecido capítulo aparte, pero hay otros países a los que, siquiera sea de
pasada, deben mencionarse. Italia y Portugal son los siguientes del ranking
de peregrinos extranjeros a Santiago, pero, por solidaridad, con la crisis que están
pasando, que tampoco es manca, sería partidario de eximirles de la tasa
específica por origen. A los franceses también sería partidario de darles un periodo
de carencia a ver si pueden echarnos una mano para domeñar a la Merkel, pero si
no lo consiguen en un periodo prudencial, pues, nada, leña al gabacho. Ya se
estudiaría la fórmula a aplicarles.
Pero ¿qué me dicen de los
siguientes del ranking, los norteamericanos? O sea que estos pollos se gastan
dinero a espuertas en guerritas por aquí, guerritas por allí, cohetitos a la
Luna y a Marte, coches de gran cilindrada, calefacción que te asas en invierno,
aire acondicionado que te congelas en verano, y ¡vienen aquí a disfrutar igual
que los alemanes! Pero ¿de qué van? A estos, impuesto fijo y lineal por las
buenas: 50 euros por hacer el camino.
No aparecen en el ranking
anterior, pero ya estoy yo aquí para decíroslo, que los japoneses ocuparon en
2011 el puesto número 22 del ranking, con 877 peregrinos. Como ustedes saben la
afición de estos señores es la fotografía y no se limitan a disparar sobre los
monumentos o lugares y paisajes de gran belleza, sino que lo hacen de forma compulsiva
sobre cualquier objeto al alcance de su vista. Por esta razón propongo que, en su
caso, la tasa consista en un céntimo por cada foto realizada sobre objeto carente
de interés (taza de water, botella de coca cola, cerrojo, letrero de "abierto"
"cerrado",
colilla de cigarro, acera desportillada., etc.) y que podrían realizar en su
país sin necesidad de venir a España. Tengan por seguro que, a pesar del
escaso número de peregrinos, la recaudación sería importante
En el caso de que las propuestas
que estoy haciendo tuvieran eco entre las autoridades pertinentes, me ofrezco a
proponer la tasa sobre otros países
VII
En el capítulo de sanciones, no
merece la pena extenderse mucho y deberían ser las autoridades locales,
conocedoras de los problemas que afectan al tramo bajo su jurisdicción, las que
establecieran la gradación de las mismas. Pero, a título de ejemplo, sugiero:
- Por arrancar señales o mojones indicativos, dañar
paneles informativos, escribir graffiti sobre ellos o sobre monumentos:
entre 150 y 500 euros en función de la valoración de los daños producidos.
- Por arrojar escombros o basuras, multas entre 5
euros (para objetos menores como colillas o botellas de plástico) y 200 (para
los mayores como bañeras o escombros de obra)
- Hacer sus necesidades fuera del tiesto en los
albergues ya sean públicos o privados, 50 euros
- Dedicarse a hacer chorradas poniendo palitos o
piedrecitas o incrustando exvotos en las grietas de las paredes de
monumentos, 25 euros. No obstante si como consecuencia de estos actos
resultara una obra de valor artístico, podría perdonárseles la sanción o
incluso hacérseles un reconocimiento a su creatividad.
Las sanciones podrían canjearse por
la realización de trabajos consistentes en la limpieza de lo ensuciado,
reparación de lo destrozado o dañado, vigilancia del cumplimiento de la de la
normativa de urbanidad por los peregrinos, etc. Es decir, una especie de redención de
penas que, además tendría afectos educativos sobre el infractor.
VIII
Y concluyo mi relato con el deseo
de que estas propuestas, tan sensatas y fáciles de implantar, no caigan en saco
roto, sean atendidas por las autoridades competentes y puestas en práctica sin
dilación. Y para ilustrar un poco lo dicho, ahí va un breve reportaje gráfico
(sólo siete fotografías) del camino 2012:
Foto nº 1: Tramo del Camino en la
bajada desde el puerto de Somport, con barandillas de protección de madera
tratada
Foto nº 2: Panel informativo
sobre las ruinas del Monasterio Hospital de Santa Cristina de Somport, muy
cerca del puerto
Foto nº 3: Puente de madera a unos
seis kilómetros después de Jaca
Foto nº 4: Letrero del
Ayuntamiento de Castiello de Jaca, recordando los actos que están prohibidos
Foto nº 5: Bidón de plástico y
lata de cerveza abandonados en fuente artesanal y artística
Foto nº 6: Un grupo de peregrinos
cenamos digna y abundantemente, a base de macarrones y salchichas, en el albergue de Arres ( pueblo de 8
habitantes de la provincia de Huesca). La comida mas el alojamiento gratis. Al
salir al día siguiente cada peregrino dejaba, si le apetecía, la voluntad
Foto nº 7: Formaciones
ornamentales construidas por los peregrinos a base de amontonar guijarros de
diversos tamaños
Segovia, Octubre de 2012
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