Cuando bajo a desayunar, ya se ha marchado un amigo de Luís que ha venido a
visitarle y con quien ha desayunado. No he llegado a tiempo de conocerle.
Amigos de Luís
Amanece con lluvia. Después de desayunar, abandonamos el hotel con los paraguas
abiertos y un tiempo desapacible. El cielo está muy oscuro y no presenta
signos de escampar.
Lluvia
Caminamos bajo la lluvia unos tras otros con paso rápido mirando al suelo bajo
los paraguas. Mientras nos acercamos al puente de A Ramallosa, Baiona va
quedando atrás.
Abandonamos Baiona
El Puente de A Ramallosa sobre el Río Miñor separa los municipios de
Nigrán y Baiona. Mandado construir en el siglo XII por el Obispo de Tui San
Pedro Telmo, diversas restauraciones, la más cercana a principios del
siglo XX, no le han eliminado su aspecto medieval.
La leyenda cuenta que las mujeres que no se quedaban
embarazadas debían ir en medianoche al puente y pedirle al primer hombre que
pasase que le echase agua en el vientre. Este hombre sería luego el padrino de
la criatura.
Puente románico de A Ramallosa
El puente tiene diez arcos de medio punto, cuatro de ellos
ligeramente apuntados. en los que se combinan los arcos de medio punto y
ojivales.
En la mitad del puente podemos ver un cruceiro con la
imagen de San Telmo, patrón de los navegantes. A su lado un peto de ánimas,
con sus flores y cirios siempre encendidos.
Cruceiro con la imagen de San Telmo
Después de hacernos un reportaje fotográfico en el puente, continuamos hacia
el Concello de Nigrán bajo la lluvia y los paraguas. El campo se ve completamente verde. Abundan
extensos y cuidados viñedos.
Viñedos
Dejamos atrás Nigrán y continuamos sin detenernos, hartos de tanta lluvia y con
ganas ya de descansar. Tomamos unas cervezas y unos pinchos en una cafetería del
camino. Preguntamos a la gente del bar por dónde era mejor continuar si por
el monte o por la
carretera. Como no se ponen de acuerdo, Ángel, Paco y Luís deciden subir por el
monte, mientras que Primi y yo, elegimos la carretera. Después sabríamos que
esta última fue la mejor decisión, ya que adelantamos un buen trecho, seguro
que debido a la lluvia.
Concello de Nigrán
Acompañados a lo lejos por las Islas Cíes nos vamos acercando a Vigo. Hemos
guardado los paraguas pues ha dejado de llover.
Al fondo, las Islas Cíes
Angel se ha adelantado, Luís va tras él, mientras Paco, Primi y yo nos
entretenemos tomando fotografías. Ángel nos llama desde el Mercado Da Pedra
donde se está tomando unas sardinitas asadas y nos espera para comer.
Primi
Ya en la extensa ciudad de Vigo recorremos interminables calles pensando que nos
queda poco para llegar al Mercado da Pedra. Ya tenemos ganas de parar a comer
y el trayecto se nos hace interminable. Luís nos ha esperado y nos acompaña
ahora. Preguntamos por el Mercado y según
nos indican todavía falta mucho para llegar. Nos desanimamos, aunque
continuamos caminando.
Vigo
La avenida del puerto se nos hace interminable. Poco tiempo después llegamos
al Mercado y encontramos a Ángel sentado en una mesa muy sonriente. Pronto le
acompañamos a la mesa y pedimos una buena mariscada, una parrillada de pescado
y unas sardinas asadas, que nos saben a gloria.
Mercado Da Pedra
Mientras damos cuenta de la mariscada, de la parrillada de pescado, y de las exquisitas sardinas
asadas, relatamos las
incidencias de la etapa. Aún nos queda subir a la parte alta de la ciudad a un
hotel que creemos tendrá plazas libres, pero, bueno, estamos ya aquí. No puede quedar
mucho.
La mariscada
Las sardinas
La parrillada de pescado
Finalizada la comida, ya repuestos y descansados, decidimos continuar
la caminata. Queríamos dormir a las afueras de Vigo por lo que tendríamos que
subir hasta Chapela de Arriba, lugar aún bastante alejado, donde nos han
informado que hay un hotel.
La comida en el Mercado Da Pedra
Volvemos a recorrer las extensas calles de la ciudad con dirección a la parte
alta. Mientras avanzamos, nos detenemos de vez en cuando para
tomar algunas fotografías. Poco a poco me he ido quedando rezagado aunque sé
que Primi y Paco vienen tras de mí.
Retomamos el camino
Monumento a Julio Verne
En el puerto de Vigo
Cansado de nuevo, he entrado tras de Primi en el café bar Suxo con intención de
tomar unas cervezas y algunos pinchos. Paco entra poco después.
Café Bar Suso
Preguntamos a la simpática camarera cuánto falta para llegar a Chapela de Arriba. Ella
parece que se lo toma a broma y nos dice que falta mucho. Nos recomienda
coger un autobús que nos subiría hasta el hotel. Al final decidimos
subir caminando.
Con la camarera
He pedido un bolígrafo a la camarera para actualizar mi guía. Me ha traído
varios de propaganda. Se los doy a Paco que bromea con ellos.
Paco y Michel
Paco y los bolígrafos
Después de tomar nuestras consumiciones decidimos continuar la marcha. Nos
despedimos de la camarera y retomamos el Camino. No hemos caminado quinientos metros cuando
decido regresar para tomar una fotografía de la puerta del café bar Suso. He caminado, ahora en
solitario, durante mucho
tiempo hasta que extrañado he preguntado a un hombre por Chapela de Arriba.
Sonriente me ha
comentado que estábamos en Chapela de Abajo y que aún había que subir un
buen trecho.
Vigo desde Chapela de Arriba
Cuando por fin he llegado al hotel eran las 10:30 de la noche. Mis amigos ya
me esperaban para una ligera cena. Acto seguido nos hemos retirado a dormir.
El día ha sido agotador.