Domingo, 13 de Mayo de 2001
Excepto Michel, el resto había madrugado. Primi había comprado una
tarta para nuestro amigo Jaime, el médico de nuestra empresa que tan bien nos había
tratado con su fenomenal botiquín, y Ángel le había comprado una botella de orujo.
En la puerta de la pensión Primi se había encontrado con Jeanne y
con Marcia. Jeanne había terminado el camino en taxi y Marcia cogería uno para
desplazarse a Finisterre antes de regresar a Brasil.
El vuelo de regreso a Madrid, sin incidentes, fué rápido. Después de
tomar el metro en Madrid, que les llevaría a la Estación de Autobuses del Norte, por
los pelos consiguieron tomar el autobús que, en poco más de una hora, les dejaría en
la Estación de Segovia.
Después de despedirse de Jesús, Ángel había ya bajado en una parada
anterior, Michel, a quien ya esperaba María Victoria en la parada del autobús con el
Ford, acercó a Primi a San Cristobal y, una vez que saludaron a Hortensia,
regresaron a casa.
El viaje había concluído. Ahora tendrían tiempo de recordar las
situaciones vividas. Aquella experiencia sería ya inolvidable.
Michel, Segovia, Julio de 2001
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