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Mi Primer Camino
(Rodrigo)


macardiel@terra.es



Domingo, 8 de Mayo de 2005
Etapa 4: DE VILLAFRANCA DEL BIERZO A O CEBREIRO


La mañana vuelve a ser espléndida y luminosa. Después de desayunar, Ángel ha comenzado el Camino seguido por Michel y por mí, mientras los sevillanos terminaban de prepararse. Pronto Yoly y Rodri han seguido nuestros pasos y poco después Reyes, Paloma, Angustias y Ramón. Marina se ha unido a otro grupo de peregrinos, alguno de ellos brasileño, a los que conoció durante la queimada de la noche anterior y ha salido antes que nosotros.

El Camino en este tramo transcurre por la antigua carretera junto al río Valcarce. La abundante vegetación proporciona buena sombra al peregrino. El ruido del agua es muy agradable. Concentrados, caminamos rápido siguiendo las curvas de la carretera. El terreno es llano y cómodo. Michel se entretiene calculando el tiempo que tardamos en cada kilómetro siguiendo los mojones. Diez minutos escasos. No está nada mal.

Pereje

Hemos dejado atrás Pereje mientras intentamos, sin éxito, comunicar con Luis, curiosos por conocer cómo iba el tema de la pesca. Encontramos a Marino en la carretera caminando despacio y cojeando levemente. Mientras tomamos un aperitivo en Trabadelo, parada obligatoria en el Hostal Nova Ruta después de doce cómodos kilómetros, contactamos por fin telefónicamente con Luis que parecía algo desanimado pues sólo había conseguido una trucha, aunque continuaría intentándolo a lo largo de la mañana.

Mientras descansamos, Marino efectúa una I.T.V. y yo hago lo propio. Mis ampollas forman parte de mí. Angel, que se ha acercado hasta el rio a ver a Luis, nos comenta a su regreso que tiene una buena trucha pero que no se le está dando muy bien. Yoly y Rodri pronto se unen a tomar unas cervezas con nosotros.

I.T.V.

Poco después llega Luis, nos muestra orgulloso su trofeo, y nos comenta su intención de continuar pescando hasta la hora de comer. Le animamos deseándole una pesca suficiente para comer todos.

Luís, y sus truchas

Al igual que sucedió el año pasado, los sevillanos han pasado por detrás del restaurante Nova Ruta, excepto Yoly y Ramón, y ahora deben ir muy por delante de nosotros. Terminadas las cervezas decidimos continuar hacia La Portela de Varcalce, donde el pasado año conocimos a los dueños de un nuevo y precioso albergue: "El Peregrino", con intención de parar a saludarles.

La Portela

Tomamos nuevas fotos del famoso Santiago motivo de la portada de nuestro GPS de este año y llegamos acto seguido al Albergue donde ya descansa el grupo de Reyes. Una vez acoplados tomamos nuevas cañas mientras comentamos cómodamente las incidencias de la jornada.

En el Albergue privado "El Peregrino"

Mientras charlamos animadamente con los dueños del Albergue y me enseñan amablemente las instalaciones del nuevo hostal, limpio y espacioso, y las literas y habitaciones, algunas con "jacusi" incorporado, destinadas tanto a peregrinos como a cualquier otro tipo de viajeros, Ángel consigue, por fin, tomar una foto de Sonia, muy reacia a aparecer en Internet el año anterior.

Albergue privado "El Peregrino": Sonia y su madre

Poco después, el grupo continúa el Camino hacia las Herrerías, lugar donde teníamos previsto efectuar la comida. Ángel, Michel y yo nos rezagamos con la intención de parar en el Albergue Serracín, en Vega de Varcalce, para saludar a nuestra amiga Cristina, pero todo quedó en el deseo pues el Albergue pertenece ahora a un grupo de brasileños y ella ya no está por allí.

Vega de Varcalce

Después de saludar a Bibiana que tenía intención de pernoctar allí y revisar Michel nuestra página en un ordenador del restaurante, salimos con intención de continuar el Camino, no sin antes hacernos unas fotos en varias hamacas, comodísimas, que encontramos en la puerta del albergue.

Ángel

Primi

Mientras nos acercamos a La Fragua intento contactar con nuestra buena amiga Marta para anunciar nuestra visita y que nos fuera preparando algo para comer, pero sólo pude hablar con su madre, a quien, de todos modos, le hice el encargo.

La Fragua, de Marta

Ya muy cerca de Las Herrerías, Bebi nos sorprende de nuevo esperándonos, esta vez acompañada por su hermana Dalia, con intención de acompañarnos caminando hasta La Fragua y comer con nosotros.

I.T.V.

En la terraza de La Fragua de Marta, después de saludar a su familia y mientras esperamos tomando unas cervezas a Luis, con sus truchas, y la preparación de la comida, efectuamos algunas I.T.V., ahora ya muy necesarias. Las uñas de los pies de Paloma que amenazan con saltar de un momento a otro requieren suma atención. Otros cuídan de sus ampollas con esmero. Mientras tanto, Michel y Ángel, muy divertidos, enredan con una manguera de agua, no sin antes avisar a Dalia para que proteja nuestro libro, que está leyendo muy interesada.

Cuando Ángel está preparado con la manguera, Michel da repentinamente la llave del agua. La deserción es masiva. En un segundo todo el mundo corre a protegerse en la habitación donde está la preciosa "fragua". En definitiva: el bautizo para los novatos y para los que no lo son, ha costado un vaso roto. Esta vez no han sido tan graves los desperfectos si comparamos con el año pasado cuando Marino, al sentarse en una silla de madera, logró hacerla astillas.

Trucha pescada por Luis en el Valcarce: 4 en total

Por fín llega Luis orgulloso, y muy aclamado por todos, con sus excelentes truchas. En total han sido cuatro. Al menos, podremos probarlas todos.

Comida en La Fragua: Reyes, Rodri, Ramón, Yoly y Angustias

La comida es excelente y muy agradable. El menú ha sido más que suficiente una vez troceadas las truchas acompañadas por otros platos como huevos fritos, patatas, chorizo y algún que otro filete.

Dalia

Después de algunos "elixires del Santo" en la sobremesa, la gente comienza a prepararse para la dura ascensión del Cebreiro. Una vez despedidos de la familia de Marta y de Bebi y Dalia, Michel y yo, acompañados por Ángel, que nos esperaba sonriente temiendo que nos subiéramos el monte por carretera en el Audi de Bebi, hemos comenzado la dura ascensión rezagados del resto del grupo.

Bebi y Dalia

Comenzadas las primeras rampas Michel, que seguramente debido a la edad ya anda un poco achacoso, se va quedando atrás. Acompañado por Ángel llegamos a la fuente de La Faba y después de un buen trago de agua deliciosa paramos en el bar a esperarle.

La Faba

Michel nos sorprende pocos minutos después llegando antes de haber apurado nuestras cervezas. Le comento sonriente que ha subido tan rápido porque ha "olido" las cervezas. Mientras pide la suya y yo una segunda, Ángel decide continuar la ascensión temeroso del aguacero que parece se nos avecina. Nosotros, sin prisa alguna, disfrutamos un buen rato del descanso.

O Cebreiro

Mientras tanto, el grupo de sevillanos, Marino, Luís y Ángel van llegando al albergue.

Yolanda: subiendo el Cebreiro

Galicia

Comienza a llover y decidimos continuar. Michel de nuevo se va rezagando poco a poco. Entretenido, animándole mediante mensajes desde el móvil, voy subiendo cubierto en parte por mi paraguas. En uno de los recodos, tras aguardar más de 15 minutos, le doy un susto de infarto para incentivarle. Después de llamarme unas cuantas cosas, irrepetibles aquí, continuamos de nuevo la subida y muy pronto otra vez le voy dejando atrás.

Subida a O Cebreiro

Aunque me parece raro que se retrase tanto decido acelerar para finalizar la ascensión de una vez. Ángel me llama para comentarme que quedan muy pocas literas libres y lo mismo le dice a Michel quien, sin ninguna preocupación, continúa su lenta ascensión. Parece que va descansando cada pocos pasos.

Subida a O Cebreiro

Después nos comentaría que incluso un rebaño de vacas le había adelantado en Laguna de Castilla (con la excusa de que ellas iban haciéndose relevos).

Compañía en Laguna de Castilla ...

Por fin diviso el precioso pueblo y me encamino bajo la lluvia directamente al Albergue.

O Cebreiro: Iglesia de Santa María

Tengo que decir que, esta vez, la hospitalera resultó bastante antipática, agria y desagradable, lo que hace que no recuerde ni su nombre. Algunos de nuestros compañeros se habían acoplado en una habitación de la segunda planta con literas bajas, de una sola cama, y baños nuevos, desconocida hasta entonces para mí. Decidí acoplarme en la única cama disponible en esa habitación después de haber buscado en otras plantas dos literas en un intento de acoplar también a Michel. Las escasas literas libres que quedaban eran altas por lo que, sabiendo que a Michel no le gustan, abandoné el intento.

Reyes

Una vez instalado bajo a esperar a Michel para informarle de la situación. Cuando conoce a la desagradable hospitalera ni siquiera se molesta en buscar litera, directamente se marcha en busca de un hostal privado. Mas tarde supe que Marino se había alojado en el mismo hostaL.

Después de ducharme, encuentro a Marino a la salida del albergue y nos vamos a buscar al resto de compañeros para cenar algo. Encontramos a Michel que nos enseña su gran habitación y, poco después, al resto de amigos. Tomamos un par de cañas y buscamos un mesón para cenar, donde comentamos las incidencias de la subida del Cebreiro. Poco después nos retiramos al albergue acompañados hasta la puerta por Marino y Michel que se vuelven después a su hostal. La noche es oscura, con niebla muy cerrada. Muy pronto caemos rendidos en nuestras respectivas literas.