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La Camorca

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La Camorca
Un día de entrenamiento


Lunes, 06 de Diciembre de 2004
Recorrido Valsaín - La Camorca - Valsaín
Asistentes Ángel, Primi y Michel
Kms Unos 16 Tiempo 2 horas 45 minutos
"Pintas"

Diez de la mañana. Una intensa niebla oscurece completamente la ciudad por lo que decido dejar al "Pintas" en casa. Aunque había planeado llevarlo conmigo, su especial atracción a las "escapadas" y el miedo a perderlo, me hicieron desistir.

Primi nos acerca, en su confortable coche, al pie de la Cruz de la Gallega desde donde comenzamos la ascensión de las fuertes rampas. Pronto dejamos atrás la niebla y un brillante sol nos acompaña. Desde la Fuente de El Pájaro podemos ver los grandes mares de nubes que han quedado tras de nosotros y que cubren por completo los valles bajo los brillantes picos de las montañas.

Más adelante la pista se empina rápidamente, y eso se nota no sólo en las piernas que tienen que trabajar más, sino también en la conversación que va decayendo poco a poco para dejar entrar más aire en los pulmones. El tiempo ahora es espléndido. El sol ya no nos abandonará en el resto de la mañana. La combinación de luz y color es increíble.

Poco a poco nos aproximamos a las nieves siguiendo la antigua "Calzada Romana” convertida ahora en parte del "Camino de Santiago", bien señalizado por todo el trayecto.

Aunque el frío es intenso, el caminar por la nieve, helada pero blanda, es agradable. En un punto del sendero nos desviamos hacia la izquierda donde comienza la fuerte ascensión al Pico de la Camorca. La subida es continua, lo que nos hace sudar a pesar del frío. Poco tiempo después alcanzo exhausto la cumbre donde ya Ángel y Primi se han instalado. Las vistas son impresionantes. Estamos a unos 1800 metros de altitud. El tiempo empleado en el ascenso, el mío, ha sido de una hora y media. Primi y Ángel lo han hecho en quince minutos menos. No estoy seguro si esto se debe a mi arraigado hábito de fumar o, por el contrario, a mi "obligada" salida la noche anterior que no me permitió meterme en la cama antes de las cinco de la mañana.

Aunque el pequeño refugio es muy acogedor, nos quedamos fuera pues el tiempo es excelente. Mientras damos buena cuenta de unos exquisitos chorizos y de un buen queso acompañados de un par de naranjas y una manzana y las correspondientes cervezas con las que Primi nos ha invitado, hacemos algunas fotos a los imponentes paisajes que se presentan a nuestro alrededor. Muy cerca, repletos de nieve, podemos admirar los diferentes picos que forman la Sierra segoviana como "La Mujer Muerta", el Montón de Trigo, Siete Picos, Navacerrada, Peñalara, etc.

Después de unos buenos "elixires" especiales que también Primi se ha traído consigo en su ya famosa "licorera", esta vez parece ser que de vodka, comenzamos el descenso que ahora nos resulta mucho más cómodo que el ascenso anterior.

Descendemos a buen ritmo en dirección Nordeste hacia el Cementerio de Valsaín, (siempre he mantenido que se baja mucho mejor que se sube). Las fábricas de maderas, repletas de troncos y tocones de pinos inmensos y de leña bien cortada, que muchos quisiéramos para casa, van quedando atrás. A nuestra derecha se extienden las grandes praderas de Valsaín repletas de preciosos caballos y ganado vacuno.

Después de hora y cuarto de continuo descenso, alcanzamos el coche y, de nuevo con una intensa niebla, nos acercamos a Segovia donde, después de un par de cañas de cerveza, nos separamos.

El día ha resultado espléndido y muy agradable la andadura.

Segovia, 6 de Diciembre de 2004.
Michel.